Los gigantescos equipos flotantes que ya han comenzado a llegar a la zona, para integrarse a los inicios de la construcción de la más grande obra pública en la historia sur austral de nuestro país -como es el megapuente sobre el canal de Chacao, que unirá el continente con el archipiélago de Chiloé-, confirman que -¡por fin!- la soñada aspiración sureña inició su marcha rumbo a su materialización. Algo que, por momentos, pareció inalcanzable.
La imponente base "Odín", que recaló en Calbuco para pronto integrarse a sus actividades en las aguas del Chacao, donde efectuará estudios del fondo marino del lugar, es todo un impresionante y elocuente símbolo de que los sueños, por increíbles que sean, siempre llegan a cumplirse cuando se persevera en su conquista.
Lo trascendente también es que paralelo a este primer paso, se inició la construcción de una gran plataforma mayor, que se instalará a mediados del próximo año en el lugar para servir de soporte multipropósito a los cientos de trabajadores que allí se desempeñarán en la edificación propiamente tal del viaducto de casi 3 kilómetros de largo y que se estima estará listo en el año 2020, tras asimilar una inversión que asciende al orden de los 700 millones de dólares, cuya autorización emanó del ex Mandatario Sebastián Piñera y su concreción avanzará ahora en el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Al hacer hincapié en los enormes beneficios que traerá consigo esta vanguardista conectividad -en el marco del desarrollo que tanto necesita Chiloé, al integrarse de lleno al progreso y modernización nacional a través de este portentoso puente-, no podemos dejar de mencionar a los precursores artífices del referido proyecto, que a través de sus escritos, discursos y gestiones a todo nivel, instalaron la idea del Puente a Chiloé como una cada vez más imperiosa necesidad social. La referencia es, en especial, para el médico y ex parlamentario Félix Garay Figueroa, y el sacerdote y periodista ancuditano Abel Macías Gómez, ambos fallecidos, cuya inspirada visión futurista ha sido fecunda semilla, que no cesó de crecer hasta provocar la avalancha creadora que ya comenzó a hacer realidad ese caro y maravilloso sueño chilote.