Plutonio en Chile es ecológico
Hoy, hace exactamente 20 años, impactó en territorio nacional parte del vehículo espacial Mars 96, tras mantener a varias naciones del Pacífico en vilo debido a la carga de plutonio que contenía.
En Chile, una serie de personas -estudiantes, carabineros, viajeros- vieron en el cielo del Desierto de Atacama cientos de fragmentos incandescentes que se desperdigaban hacia Tarapacá y Bolivia. Uno de los testigos, el doctor en Astrofísica y astrónomo asociado a Cerro Paranal Luis Barrera, fue quien informó a las autoridades de la emergencia, urgiendo medidas para investigar lo ocurrido.
El gobierno regional de Antofagasta, contra su costumbre, acogió la denuncia y pidió apoyo a la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CChEN).
El Departamento de Estado de EE.UU. y la NASA determinaron en esos días que los restos habían impactado entre Iquique y la frontera de Bolivia.
Entonces, comenzó a ocurrir lo que siempre pasa en Chile, la consabida fórmula de "bajarle el perfil" al problema. Mientras en Bolivia -país que siempre ninguneamos- se hacía un rastreo terrestre para ubicar los restos y las pilas con plutonio, Chile no exigió a las 19 naciones involucradas hacerse cargo y enviar expertos y equipos para hacer monitoreos.
Comenzaron las explicaciones fantásticas, a decirse que no había peligro. Para zanjar la situación, la CChEN publicó un comunicado de prensa que debe ser el ejemplo más vergonzoso de miseria institucional en la historia republicana. Aseguraba que el plutonio no era peligroso; incluso, si se ingería el material radiactivo, provocaría sólo dolores abdominales.
La periodista suiza Bárbara Vonarburg -enviada especialmente a Chile- me comentó que las autoridades se comportaban igual que en un país africano donde le había tocado reportear un accidente similar.
Así pasaron 20 años y más que jaguares como gustábamos llamarnos en esa época, mostramos y seguimos mostrando que somos fieles representantes del tercer mundo, donde las instituciones nunca han funcionado.
SERGIO VELÁSQUEZ HAROS. Presidente Regional Colegio de Periodistas.
Uniformes de Bomberos
Con profunda preocupación, me dirijo a ustedes, por el siguiente problema: nuestros queridos Chicos Buenos no tienen suficiente equipamiento personal para cumplir tan loable actividad desprovista de lucro o segundas intenciones.
No entiendo cómo la Comandancia General no ha realizado un censo de cantidad de voluntarios por Compañía, pues, sucede que algunos cuerpos recibieron determinada cantidad de uniformes de trabajo, que superan a la cantidad de voluntarios que poseen. Y por otro lado, hay compañías que tienen muchos voluntarios, pero tienen que estar prestándose unos a otros los uniformes de trabajo.
GONZALO OYARZO BUSTAMANTE.
Más Teletón es más sociedad
La Teletón es la fiel muestra de que los chilenos podemos unirnos bajo el valor de la solidaridad y la colaboración entre personas, con el fin de mejorar la vida de otros, independiente de si éstos son chilenos o extranjeros. La Teletón, además de otorgarle la oportunidad a miles de rehabilitarse y de integrarse nuevamente a nuestra discriminadora sociedad, lo que hace es visualizar la realidad de muchos en Chile y mostrar un problema país del cual nadie se había hecho cargo. Para los que creen que la Teletón se debe terminar y debemos traspasar esta actividad a manos exclusivas del Estado, les recuerdo que fue la negligencia del Estado la que permitió que murieran 211 niños en 11 años en el Sename, el INE nos tiene sin saber cuántos somos los que vivimos en Chile, el Servel envió a chilenos a votar a la Antártica cuando residían en otro lugar y el AUGE tiene a miles de personas esperando por una hora en el hospital o una operación de urgencia.
Así las cosas, no necesitamos más burócratas iluminados por una superioridad moral en el Estado, para solucionar nuestras dificultades. Necesitamos más sociedad, más colaboración y más solidaridad.
JOSÉ LUIS COFRÉ
Familias monoparentales
Los expertos indican que en familias monoparentales (con sólo padre o madre presente) es común la pobreza dura y sus desastrosas implicancias. Asimismo, manifiestan que es fundamental desarrollar habilidades en los primeros años de vida del niño. Al respecto, un alto porcentaje de menores tiene como referencia "educativa" a sus similares y las omnipresentes pantallas digitales, disponiendo de largas vacaciones escolares para impregnarse de aquello. Lo señalado es una virtual y grave epidemia contemporánea, que nos corresponde abordar en vez de soslayarla.
PATRICIO FARREN CORNEJO.