Reaparecerá, como en sus mejores veladas de tertulias del siglo pasado, el añoso, pero siempre vital, órgano musical de la Compañía de Jesús, que esta vez permitirá rendir un tributo muy digno y especial al Día del Patrimonio, este domingo 28, a las 16 horas, en ese antiguo monumento histórico nacional que es la iglesia jesuita de calle Guillermo Gallardo. Donde serán recibidos, con los brazos abiertos, los puertomontinos que deseen asistir. Y también se podrá adquirir el libro "Puerto Montt. Crónicas y Testimonio. 150 años", de Eduardo Tampe S.J., en su 3ra edición, cuyos recursos de venta sirven para la conservación del citado templo.
Esta es una iniciativa artístico-cultural de dos admirables personajes, -organista Iván Brauning y concertista Jaime Teunquil-, quienes son precisamente los que en 2013 restauraron e hicieron revivir este maravilloso instrumento, después de una prolongada etapa de silencio causada por desperfectos, que felizmente fueron reparados por estos generosos jóvenes músicos. Lo que permitió una sucesión de emotivos conciertos en febrero, julio y diciembre de 2014, y posteriormente otros, que remarcaron el retorno -en gloria y majestad- de esta invalorable histórica reliquia, gracias a esta ejemplar juventud.
El renacido órgano jesuita -el mismo cuyos sones encantarán a usted en el próximo evento- fue traído desde Alemania en 1909 y acompañó por décadas las liturgias religiosas y encuentros musicales con la comunidad de ese entonces. Hasta que el paso del tiempo lo acalló por desgaste y fallas mecánicas. Período en el cual, la Corporación Cultural San Francisco Javier hizo una campaña para financiar su restauración, cuyo primer apoyo llegó en 2008 del organista Carlos Weil, de la Iglesia Luterana, quien brindó dos conciertos a beneficio en un órgano portátil, además de la cooperación posterior del restaurador Luis González. Esfuerzo que siempre contó con el respaldo comunicacional de El Llanquihue, hasta que todo culminó con el providencial aporte de Iván Brauning y sus amigos, que hoy preparan un saludo singular al Patrimonio en su día.