Solidaridad
Por la presente expreso mi solidaridad al Investigador de Historia Regional, don Rudy Carrasco, quien en una nota casi anónima del 01.08.2017 en estas páginas ha sido espetado y amenazado por su labor en las ciencias sociales. El señor Carrasco integra el conjunto de investigadores que trabaja en la Historia de nuestros pueblos, con una nueva mirada, revisando documentos, sometiendo estos al escrutinio intelectual. Su producción historiográfica está siendo considerada y citada por el mundo académico universitario, lo cual revela la seriedad, compromiso y profundidad de sus investigaciones.
Del señor Carrasco, a quien conozco desde lo días de estudiantes en la Escuela Industrial de Puerto Montt, puedo aseverar que está lejos de sus intereses "granjearse una fuente de dinero fácil" a través del estudio y difusión de la Historia de Puerto Montt. Es una frase desafortunada, puesto que el señor Carrasco concurre habitualmente al Archivo Nacional de Santiago, a escarbar datos sobre su ciudad, costeándose personalmente traslados y estadías; generosidad que al parecer es propia de algunos investigadores de Historia Local de nuestra región.
Es peregrino y retrógrado expresar que el conocimiento histórico, la memoria, sea la causante de conflictos y desunión entre las personas. La memoria sólo rescata los conflictos que han sido camuflados en los discursos históricos locales; discursos que han pretendido consagrarse como ideologizantes verdades eternas.
Don Félix Burotto, en el Primer Congreso de Historia de Puerto Montt decía que la memoria permitía la asunción de la identidad, sin memoria habrá una paupérrima y falsa identidad. La memoria histórica, decía, es el reconocimiento expreso o silencioso de los que somos e hicimos. Por lo cual desentrañar la memoria, desde documentos o relatos orales donde emergen verdades silenciadas u ocultas, está muy lejos de convertirnos a los historiadores en sujetos "resentidos", como se afirma en la nota aludida. Serrat canta que "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".
Expresaba Burotto en esa ocasión que la Memoria Histórica no solamente se apoya en los textos históricos, también está llena de mitos y creencias. Un mito de la época en cuestión (1933-1945), fue la publicación en diarios y periódicos del año 1943 que el Gran Incendio de Calbuco del 31 de enero de 1943 (apenas unas horas después que el general nazi alemán Paulus se rindiera ante el ejército del pueblo ruso en Stalingrado) había sido provocado por terroristas nazis chilenos.
Finalmente, tendríamos que entender, porque la nota no lo explicita, que en el Club Alemán de Puerto Montt, institución "la más antigua y respetada de la ciudad", no se efectuaron actividades influenciadas por el "antiguo imperio alemán, entre los años 1933-1945".
De suyo nos alegramos que haya sido así, porque Chile le declaró la guerra a Japón, uno de los integrantes del Eje Roma-Berlín-Tokyo, el 13.04.1945; y desde una fecha más temprana: el 20.01.1943 Chile había roto relaciones diplomáticas con la Alemania nazi.
José Mansilla-Utchal
Crisis en Venezuela
Doña Milagros Rico y don Franzor Hernández reivindican su derecho a pedir la intervención de las Fuerzas Armadas en su país, Venezuela; bueno, si ellos pueden convencerse a sí mismos de que incitar a los militares a un alzamiento es un acto democrático, allá ellos, es cosa de los venezolanos lo que hagan con su país; nadie puede dictar a un país soberano lo que haga o deje de hacer con su propio destino. Pero por favor no vengan a hacernos comulgar con ruedas de carreta, no vengan a enseñarnos a los chilenos lo que significa un "pronunciamiento" militar, no insulten nuestra inteligencia, no traten de vendernos un inocente llamado al golpe militar, entiendan que en Chile decimos ¡Nunca más! porque ya lo sufrimos y aún no sanamos. Hacer ese tipo de llamados desde nuestra casa es abusar de la hospitalidad.Renato Alvarado Vidal
Sename
En Chile, luego de la muerte de más de mil niños a cargo del Sename en los últimos años, pasó al fin a ser un tema de interés nacional. Con todo, poco se ha hecho hasta el momento y el futuro de nuestros niños no puede esperar. El panorama no es muy alentador, de 76 programas de residencias de licitación, sólo 18 fueron adjudicados, por lo que de 2.196 niños 496 serán beneficiados. Esto se debe, en parte, a que el Estado aumentó las exigencias en los nuevos programas, lo que es positivo, aunque esto implicaría una mayor inversión en infancia, pero la subvención entregada a los organismos colaboradores es solo el 20-25% del costo total. Si a esto sumamos el incumplimiento del Sename en los pagos de recursos, el escenario es aún peor. Si tuviésemos una política seria en el eje de infancia, respetando la máxima de la focalización del gasto público en quienes más lo necesitan, y no un servicio que exige, pero poco aporta para cumplir con sus exigencias, otro gallo cantaría.
José Luis Cofré Trevia