No se trata de crear alarma en la población, sino de prevenir que las personas resulten afectadas por el consumo de productos del mar contaminados por la Marea Roja. La que reaparece en la zona por estos meses, aunque, al parecer esta vez, con menos agresividad nociva que la del años 2016 y la grave crisis socio-económica y medioambiental que causó en el ámbito pesquero extractivo regional y las esforzadas familias que se dedican a esa indispensable fuente laboral.
Con motivo de la venidera Semana Santa, como ya es tradicional, -conforme a las abstinencias practicadas por la cristiandad como señal de adhesión al recuerdo de la crucifixión de Cristo-, la alimentación se vuelca hacia el consumo de productos del mar. Los que en esta oportunidad (mariscos) se están viendo amenazados por el fenómeno de la toxina paralizante.
Frente a ello, las autoridades sanitarias y pesqueras formulan un muy especial llamado a la comunidad, para que adquiera los alimentos marinos exclusivamente en los locales debidamente autorizados. Lo que significa que los consumidores deben exigir al establecimiento la certificación emitida por la Secretaría Regional Ministerial de Salud. Lo que es garantía de que los productos del mar comercializados están libres de contaminación. Sinónimo de plena seguridad para la gente.
Como se ha informado, esta importante recomendación está avalada por una intensiva campaña de fiscalización concretada por Sernapesca, en coordinación con Carabineros y la Armada, a través del accionar de varios puntos de control carretero y de desembarque. Siendo el principal y único objetivo prevenir la distribución de recursos con Marea Roja. Hasta ahora, se han efectuado 28 decomisos, de los cuales 17 corresponden a Quellón, 9 a Castro y 2 de Calbuco.
Por eso es que las autoridades insisten en recomendar a la ciudadanía, que adquiera los productos del mar exclusivamente en locales autorizados y que acrediten la certificación correspondiente emitida por la Seremi de Salud. Prevención, ante todo.