Como "macizo, contundente y demoledor", calificó ayer el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, los argumentos presentados por el equipo chileno ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, en el cierre de la fase de alegatos orales por la demanda boliviana.
Chile "ha construido un relato basado en la verdad, la justicia y anclado en el derecho internacional. Ha sido un alegato macizo, contundente y demoledor", afirmó el canciller, quien insistió en los argumentos presentados por el agente chileno ante el tribunal internacional, Claudio Grossman, al aseverar que "Chile no contrajo ninguna obligación jurídica de negociar ni menos un acceso soberano al mar para Bolivia".
El ministro aseguró que "las falencias de la argumentación boliviana quedaron hoy al descubierto: Bolivia no ha sido capaz de precisar el momento de la creación ni el contenido de la obligación" de negociar una salida soberana al Pacífico.
"La inconsistencia de sus argumentos es clara como el agua y también es claro que Bolivia no vino a esta Corte a buscar una solución, sino obligar a negociar a perpetuidad hasta que haya cumplido su obsesión de obtener territorio soberano chileno", manifestó antes de partir a una videoconferencia con el Presidente Sebastián Piñera.
El cierre del agente
Grossman comenzó su intervención ante los magistrados de la corte asegurando que "Bolivia ha presentado un caso de hipérbole y distorsión", y que además "ha presentado a Chile como el que asfixia a Bolivia, como el carcelero de la población boliviana".
El abogado experto en derecho internacional aludió a lo expuesto por la abogada francesa Monique Chemillier-Gendreau, integrante de la defensa boliviana, quien argumentó que "al enclaustrar a Bolivia en medio del continente, (...) Chile asume el personaje de un carcelero de un pueblo cautivo".
"Chile rechaza estas falsas caracterizaciones y recuerda que ha sido Bolivia quien ha llevado a Chile ante la Corte. No se puede hablar de asfixia (...) No hay muro entre Chile y Bolivia, no hay ningún muro entre Bolivia y el Océano Pacífico; no hay muros tampoco entre Bolivia y sus otros vecinos: Perú, Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay", respondió Grossman.
"Bolivia no está encarcelada; desde luego no está encarcelada por Chile. Yo sé cómo son las cárceles y esto no es una cárcel. Estas palabras nos ofenden nacional, profesional y personalmente", agregó el agente, quien aseveró que Chile "ha sido y continúa siendo un vecino cooperativo y amistoso".
Supuesto perjuicio
Grossman también respondió al alegato boliviano, quien aludió al perjuicio económico y social que supone su falta acceso soberano al mar.
"Bolivia es un tercio más grande que Chile continental y un país rico en recursos naturales, que tiene acceso al Océano Pacífico a través de Chile y de Perú, y acceso al Atlántico a través de aguas y puertos de sus países vecinos" (...) En la actualidad, Bolivia tiene una de las tasas de crecimiento de Producto Interno Bruto más elevadas de los países latinoamericanos", dijo al respecto.
Sin obligación a negociar
Grossman argumentó que no ha existido nunca una obligación legal a negociar una salida soberana al Pacífico. "No hay y nunca ha habido una obligación legal que obligue a Chile a negociar el acceso soberano al mar para Bolivia, ya sea ésta una obligación de conducta o de resultado", sostuvo.
La sesión comenzó con el abogado Harold Hongju Koh, quien aseguró que Bolivia no ha aclarado "a partir de cuándo surgió esa obligación", a pesar de que La Paz interpuso su demanda hace cinco años. Bolivia, en tanto, ha dicho que ese compromiso habría surgido a lo largo de los últimos cien años, a través de notas diplomáticas, contactos y negociaciones directas.