Ruta Metropolitana
Hay empresarios y políticos que juntos se felicitan por el beneficio que entregará la Ruta Metropolitana a los 75.000 habitantes de Alerce. Falso. Alerce no estaba en el proyecto original, pero al hacer los cálculos financieros y con un aeropuerto Tepual que tiene un promedio entre 18 a 20 vuelos diarios, no generaba rentabilidad este proyecto. Había que incluir a Alerce con sus 75.000 habitantes, de los cuales un 80% viaja diariamente a Puerto Montt por trabajo y estudio. Esta era la solución.
No queda otra alternativa que enamorar a sus habitantes. Personeros, representantes de los empresarios y algunos parlamentarios interesados, han llegado a decir que sus habitantes podrían no pagar el peaje. ¿Por cuánto tiempo, 1 ó 2 años?
Veamos lo que pasó en la autopista Lampa - Santiago. Terminadas las últimas obras que faltan por completar, pagarán cuatro peajes para ir y cuatro para regresar. Ocho pagos en una distancia de 34 kilómetros. Pagarán $ 1.500 diarios.
Acá, que vengan a decir que "los alercinos no pagarán", esas promesas tienen un nombre: "La Voz de la Conciencia".
El decreto por las expropiaciones en la Avda. Presidente Ibáñez lo firmó la ex Presidenta Bachelet el año 2016 y nada sabíamos de ello. Este proyecto a su inicio tenía el ensanchamiento de la Avda. Presidente Ibáñez a cuatro pistas y sus laterales, desde Sodimac a Cardonal. ¿Por qué lo borraron? Y nada sabíamos de ello.
¡Hay tantas cosas oscuras! Cuando se realizó la reunión con la ciudadanía en noviembre de 2016, los funcionarios del MOP informaron a la superioridad todo lo tratado, pero no le dijeron nada, absolutamente nada, sobre la oposición de la ciudadanía.
La empresa contratada para el estudio de la obra y el anteproyecto de la Ruta Metropolitana fue R.Q. Ingeniería S.A., empresa donde trabajó el señor Sergio Galilea en los años 2012, 2013, 2014. No hay nada más que decir, por ahora.
RODOLFO SALDIVIA KLENNER.
Semáforo sin funcionar
A pesar de que los trabajos de la nueva costanera desde Río Puelche con avenida Juan Soler Manfredini hasta Pelluco, están terminados desde ya hace un par de meses, el semáforo en la esquina mencionada no se ha puesto en funcionamiento.
Esa es una esquina de mucha afluencia de vehículos, especialmente en las horas punta de horario escolar y laboral.
Todos los días, pasar por esa esquina es un problema. Los vehículos se amontonan en Juan Soler, tratando de doblar hacia Río Puelche y desde Río Puelche tratando de cruzar para tomar hacia Pelluco.
Para hacerlo peor, la señalización en esa esquina es totalmente incomprensible, como suele ocurrir en Chile, y un cartel de Pare en la costanera y otro en Río Puelche, no son una ayuda para hacer mejora las cosas. ¿Resultado? Cada cual hace lo que puede o lo que quiere y pasa primero el que es más imprudente.
Por mi parte, al ir hacia Pelluco, prefiero tomar la costanera antes, en Salvador Allende o en Copiapó, de manera de evitar el conflicto con otros conductores.
Sin embargo, el semáforo de Liborio Guerrero con la Costanera en el mismo Pelluco, está funcionando hace ya varias semanas y, aunque está desincronizado, al menos funciona.
Supongo que la ubicación del cruce al comienzo de la nueva Costanera hace que la constructora, la Municipalidad, Carabineros y otros, se responsabilicen entre sí y nadie haga las gestiones para dejarlo funcionando, ayudando a que los conductores puedan llegar a destino sin mayores dramas.
EUGENIO PONISIO FERNÁNDEZ.
Niños en toque de queda
Cuando tenía 12 años pasé una semana explorando en solitario los bosques de la cordillera de la costa del sur de Chile. Cuando cumplí 13 años, alcancé por primera vez la cumbre del volcán Osorno. Todo con el permiso de mis padres, por cierto. Ellos sabían que aprendería sobre la responsabilidad con uno mismo y con el entorno, que superaría miedos infundados y límites aparentes, que fortalecería mi carácter y que asimilaría con humildad la vida en este planeta.
Pero vivimos en un mundo que está cambiando. Hoy veo con temor cómo la propuesta del alcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, de prohibir a los menores de 14 años salir de sus casas de noche sin la compañía de sus padres comienza a tomar fuerza, apoyado incluso por personajes del otro extremo político como José Antonio Kast.
Los chicos buenos harán caso a la prohibición, pero crecerán con miedos y temores, faltos de experiencias y dependientes de sus padres. Los chicos malos, en cambio, esos que consumen drogas y delinquen en las calles, seguirán haciéndolo igual y, además, ante la falta de los buenos, se fortalecerán. ¿Que clase de niños y futuros adultos queremos formar? ¿Quien debe decidir, el Estado o los papás?
ALEXANDRO CEA ROJAS. Evópoli.