Correo
A mis vecinos de Pto. Montt
Últimamente he utilizado esta tribuna para dirigirme a algunas de las expresiones "centrífugas" de nuestra comunidad: A los peñis les he reiterado que no está bien atribuirse la categoría de originarios donde no lo son, y que como hijos de la tierra tenemos que entender que lo que sobre un hualve se construye, fatalmente se tuerce; qué lo lindo sería aportar la hermosa cosmovisión mapuche -sin tratar de andar sacando ventajas- al pueblo que somos todos.
A mis amigas feministas les he pedido que consideren que, así como a nosotros los hombres nos conviene - por un básico equilibrio - dejar expresarse también nuestro componente femenino, a ellas también les conviene poner su componente masculino en la lente tras la cual mirar el mundo, lo cual puede ser útil a la hora de las alianzas, ya que si bien hay algunas que comparten objetivos hasta el final, como las corrientes ambientalistas, con su trasfondo de la madre tierra, hay otras que no lo hacen.
Y a mis vecinos ambientalistas les pido que tomen más en serio la causa; ahora con motivo del buque putrefacto, aparecen tardíamente a sumar ¡una protesta! a lo que es ya una noticia nacional, y lo que necesitamos no son protestas si no acciones. La última acción en este ámbito fue el retiro de los tanques de combustible del predio donde ahora se hará un parque urbano, y eso fue obra del Club de la Patagonia, bajo la presidencia de Alfonso Bernales; después de eso sólo discursos y protestas, como si no hubiera un ducto derramando caca las veinticuatro horas del día, dentro de la bahía de Puerto Montt, a novecientos metros delante de la Caleta Pichipelluco y no estuviesen vertiendo más de lo mismo al río Trapén. ¡Esto es como no ver la pelota dando botes en la raya del arco!
A mis amigos de derecha no se qué pedirles, ya que como no está funcionando el Club de la Patagonia, no tengo como asomarme a su mundo.
Lo que sí puedo pedirles a todos es que seamos menos centrífugos; una encuesta que acaba de publicarse, hace aparecer a la superficie la pobreza de nuestra región, que suponemos tan próspera, y eso significa una debilidad, una tremenda debilidad social que nos convendría ir resolviendo, para que nuestra capacidad de respuesta ante la adversidad vaya más allá de la mera protesta, ya que nuestro bienpasar está muy ligado a la economía global y soplan vientos encontrados, el barómetro tiende a la baja y no sería raro que viniera temporal.
RENATO ALVARADO VIDAL.
El Rodeo, ¿es lo mejor?
"De la fiesta de los campos chilenos, el rodeo es lo mejor." ¿Es realmente lo mejor? Desde mi punto de vista creo que es lo peor, por cuanto los animales intervinientes, forzados por los humanos, sufren maltrato físico extremo. Es cosa de ver cómo el novillo suda, jadea, babea, se orina y defeca, ante las furiosas embestidas del caballo y su jinete, sufriendo quebraduras de sus huesos y lesiones de sus órganos internos, enviándolos a algunos de ellos directamente al matadero. No entiendo la alegría y los aplausos de los asistentes a esta triste sesión de tortura. ¿Y el caballo? El caballo se rehusa a intervenir torciendo su cuello hacia afuera, ante esto, el jinete no muy liviano, lo obliga con severas punzadas de las espuelas y fuertes tiradas de riendas, las que ocasionan heridas en la boca y lengua por acción de la brida y el freno metálicos.
No es posible, que después que estos generosos animales nos proporcionan su fuerza, su velocidad, sus productos lácteos y cárnicos y hasta sus cueros, el hombre, genéricamente hablando, y haciendo ventaja de su bipedestación, de su lenguaje y pensamiento y de su condición única, por el hecho de tener el dedo pulgar opuesto a los demás, actué con premeditación para abusar y maltratar animales que no tienen ninguna posibilidad de defenderse. ¿Esta crueldad es un deporte nacional? Que cada cual saque sus propias conclusiones.
ALFREDO V. RADDATZ SOTO.
Dignidad, no populismo
El 7 de septiembre, se publicó en El Llanquihue la columna "El pobre: el comodín de la oposición", escrito por el diputado RN Harry Jürgensen. Allí señala como el mal llamado progresismo de la izquierda (según él) se aprovecha de los pobres, aludiendo sobre todo no acordar el sueldo mínimo que propone el gobierno.
Estoy seguro que Harry Jürgensen no podría vivir con un sueldo mínimo, sin tener que obligadamente endeudarse, y aún así seguiría viviendo en pobreza. Súmale a ello, pagar por tu educación, salud, el arriendo a fin de mes, la cuota del crédito, etc.
El progresismo busca asegurar dignidad, no populismo.
GONZALO VALENZUELA. Partido Progresista (PRO) Región de Los Lagos.
¿Y el básquetbol en Arena?
¡Cuándo será el día que habiliten para el básquetbol el recinto Arena! Y así, al menos, jugar allí las grandes finales de campeonato y hacer presentaciones nacionales e internacionales. Es un desperdicio impresentable.
JOSÉ PÉREZ TUREO.