A reflexionar más allá de los hombres
Profunda crisis de la Iglesia Católica a nivel local, con varias denuncias y cuestionamientos, debe hacernos pensar en el rol que cumplen los religiosos.
Que la Iglesia Católica a nivel local está en una profunda crisis, qué duda cabe. En solo un par de meses pasamos de una completa "normalidad", a una serie de situaciones que han provocado un profundo dolor en todos los fieles de nuestra zona. Y es que hasta hace cinco meses el saliente monseñor, Cristián Caro, aseguraba que el Arzobispado local estaba lejos de problemas administrativos y mucho más de tórridas dificultades relacionadas a denuncias de abusos sexuales, las mismas que arreciaban a nivel país.
Hoy, tan solo cinco meses después, la situación dista bastante de lo que afirmó el ex líder católico. A al menos un trío de sacerdotes denunciados por abusos sexuales contra menores -situaciones que están bajo investigación del Ministerio Público- ahora hay que sumar una nueva arista; dudas sobre gestiones administrativas y uso de dineros.
Fraude al fisco, tráfico de estupefacientes y asociación ilícita aparecen entre las situaciones denunciadas ahora contra los suspendidos sacerdotes Tulio Soto (ex vicario general del Arzobispado) y Darío Nicolás (ex vicario ecónomo).
Independiente de que los hechos expuestos a la investigación a la justicia, terminen constituyéndose en delitos, el tema debe llamarnos a la reflexión.
Por ahora el encargado papal de revisar la situación en que se encuentra la organización a nivel local, el administrador apostólico Ricardo Morales, ha mencionado su voluntad de transparentar y pedir indagaciones para cualquier caso sospechoso de delito, esa es su misión, pero no la de los fieles.
Ya sea que observemos con molestia, dolor o incluso indiferencia toda esta situación, debemos pensar sobre qué esperamos de nuestros líderes, y no solo los religiosos, sino que de todo tipo.
Vale la pena revisar en qué y en quiénes creemos y cuáles son nuestras convicciones (o fe, si así prefiere pensarlo).
Que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre, una frase que puede aplicarse a quienes sufren con todo esto que estamos viviendo. Las convicciones deben ir más allá de los hombres, que pueden o no fallar, y a todo nivel. Lo importante es creer y trabajar por un futuro mejor para todos como comunidad. Y eso, si es una convicción personal, no hay quien lo pueda mancillar. Ni siquiera quienes nos lideran y que se pueden equivocar.