Estudio ubica a P. Montt - P. Varas como la penúltima ciudad en calidad de vida
INVESTIGACIÓN. Atlas de Bienestar Territorial detectó falencias en equipamiento deportivo, calidad de viviendas, localización de colegios y deficiente infraestructura básica.
Al "borde del abismo" apareció el territorio compuesto por Puerto Montt y Puerto Varas recientemente, a propósito de los resultados del estudio "Atlas de Bienestar Territorial", que realizó la Corporación Ciudades.
En esta investigación se analizaron 10 variables para determinar qué ciudades del país tienen un mejor estándar en calidad de vida.
Tras revisar los datos que aportó el Censo de 2017 y otras instituciones, el estudio concluyó que el territorio Puerto Montt y Puerto Varas sólo está por sobre Los Ángeles, entre un total de 22 ciudades chilenas.
Juan Manuel Sánchez, director ejecutivo de la Corporación Ciudades, explicó a Diario El Sur, que "generar radiografías con este nivel de detalle de nuestras ciudades nos permite contribuir en la definición de zonas prioritarias de inversión y contribuir a la generación de políticas públicas que tiendan a mejorar la calidad de vida de las personas".
El déficit local
El estudio consideró el análisis en tres dimensiones: ambiental, infraestructura y accesibilidad, en donde se midieron parámetros como la temperatura promedio de la zona, la cobertura vegetal, el acceso a servicios de salud, a instituciones educativas y la cantidad de áreas verdes por habitantes, entre otros.
Tras implementar un algoritmo para ponderar los distintos niveles alcanzados por las ciudades de más de 100 mil habitantes del país, Puerto Montt y Puerto Varas lograron un promedio de 0,46. Esto es por debajo del promedio nacional de 0,54%; y más lejos aún del 0,65% del Gran Concepción o el 0,64% de Iquique-Alto Hospicio.
Pero, ¿cuál es el déficit de Puerto Montt? Según el análisis de la Corporación Ciudades las áreas por mejorar en la zona son: equipamiento deportivo, localización de colegios (públicos y privados), infraestructura básica (pavimentación, calidad de veredas, iluminación y basureros e infraestructura de vivienda (hay baja calidad).
Luis Valenzuela, director del Centro de Inteligencia Territorial de la Universidad Adolfo Ibáñez, en conversación con El Llanquihue, sostiene que la elaboración de este tipo de estudios "no tiene tanto que ver con una comparación entre ciudades, sino que entender las condiciones en que viven los habitantes de una ciudad con respecto a su bienestar territorial".
Agrega que no importa tanto si Puerto Montt está más arriba o más abajo, sino que "focalice su inversión y planificación urbana en las zonas donde hay peor bienestar".
Agrega que esto se mide en relación a la "accesibilidad y equipamiento de la ciudad. Vemos la urbe como un espacio donde las personas demandan servicios y equipamientos, los que están o no al alcance. Puede haber espacios con mayor escasez de colegios, o lugares para la salud o servicios públicos. Así se podrían hacer proyectos para modificar la condición de vida de las personas. Es decir, esto ayuda a nivelar la cancha, más que elaborar un ranking".
Déficit en educación
Faustino Villagra, presidente regional de la Federación de Instituciones de Educación Particular (Fide), comentó que la región, y especialmente la capital regional, está definida como una región de migración intermedia, lo que significa que por sus característica urbana, cosmopolita, con mayor población, mayor desarrollo productivo y autonomía presupuestaria, "es más atractiva para muchas familias y estudiantes que ven en ella un polo de desarrollo y de oportunidades que no se da en las comunas más pequeñas y con mayor taza de ruralidad".
Añade que a la migración intrarregional hay que agregar la migración interregional de muchas familias chilenas y extranjeras que han llegado a la zona y se encuentran con el complejo problema de matrícula para sus hijos. "Esto en las ciudades de Puerto Varas, Llanquihue y Frutillar es un tema complejo", precisa.
Añade el vocero de la Fide que Puerto Montt, históricamente, ha tenido una capacidad de matrícula de enseñanza media, que no es capaz de absorber la enseñanza básica.
Esta situación crea "un cuello de botella en el paso de un ciclo a otro, que no va de la mano con la enorme oferta que ha surgido en la ciudad para la educación universitaria, que ha hecho que hoy día tengamos más alumnos que Valdivia en el nivel superior".
Además, explica que el Sistema de Admisión Escolar (SAE) habla, en los dos años de funcionamiento en la región, de un 80% de alumnos ubicados en alguna de sus preferencias.
"Pero no dice nada del 20% que no quedó en ningún establecimiento educacional. ¿Dónde estudian esos niños? Seguramente en un colegio que no cumple con las expectativas de los padres"
Por último, sentencia que la evidencia "no clarifica los intereses de los padres y apoderados, ¿tenemos el número de establecimientos educacionales que necesita la ciudad para el número de estudiantes? ¿o las distintos tipos de escuelas, liceos o colegios no cumplen con las expectativas de las familias? De todas maneras, siguiendo esta lógica faltarían escuelas".