El desarrollo de las ciudades va de la mano ciertamente de obras emblemáticas de adelanto, pero también de la mantención de ciertos aspectos que contribuyen a que nuestra percepción del entorno sea mejor. Y ello, en líneas generales, contagia y hace que todos cuidemos más aquello que termina siendo parte de nuestras vidas.
Por lo mismo, son destacables grandes obras como la fuente de aguas danzantes recientemente inaugurada en el centro de Puerto Montt, que de seguro, en temporada estival atraerá a los turistas; así como también son valorables todas las inversiones de este tipo, que por ejemplo, mejoren la imagen de calle Varas -principal arteria del centro de la capital regional-, o la transformación que pretenden hacer de la costanera, en un espacio para la familia y los visitantes, y ya no más en un punto negro de la ciudad.
Desde luego, las necesidades siempre son mayores que los recursos disponibles y el desafío de tratar de dar respuesta a todas las demandas, parece ser una quimera; pero nos parece justo destacar también, aquellas acciones que aunque no representen grandes inversiones, van en beneficio de la comunidad, y a la postre le mejoran la calidad de vida a la población en general.
En ese sentido, resulta positivo destacar las obras que se ejecutaron tanto en calles céntricas de Puerto Montt, como en ciertas arterias concurridas, para tapar diversos hoyos que ya parecían cráteres, y que cada vez que los conductores pasaban por ahí, lo sentían y sufrían.
Y en la misma línea de destacar acciones que intentan mejorar el entorno, está lo ocurrido con los paraderos de la locomoción colectiva de la Costanera, los cuales fueron brandeados con logos del municipio y mensajes que llaman a cuidarlos; cuestión que aunque parezca irrelevante, en algo ayuda a crear conciencia para que la gente efectivamente los cuide y no los destruya.
Del mismo modo, hay que hacer un llamado eso sí, para mejorar la mantención de plazas, jardines y áreas verdes en espacios públicos; que debieran estar siempre en óptimas condiciones, no sólo porque acá la lluvia posibilita que luzcan siempre frondosos y con un verde intenso; sino además porque no abundan; y el descuido de los mismos, no hace más que acrecentar esa sensación de vivir rodeados de hormigón y escasa naturaleza.
En consecuencia, hay acciones, que aunque parezcan menores, ayudan a mejorar el entorno y a que todos aprendamos a querer y cuidar el lugar donde vivimos.