El futuro y la oportunidad de la región de transformarse en un polo de desarrollo económico, humano, cultural y social, está directamente relacionada con la calidad de educación que reciben las personas que aquí residen. La portada del lunes nos mostró un dato preocupante: según la última encuesta Casen, alrededor de 23 mil jóvenes en la región no han terminado sus estudios de cuarto medio. Y aún mayor es el número de jóvenes de entre 19 y 30 años que ni estudian ni trabajan.
Lejos de tener claridad absoluta del impacto de esta situación en los planos sociales y económicos, queremos centrar la atención respecto a cuáles han sido las razones por las que nuestro sistema educativo le está fallando a tantas personas.
En Enseña Chile, entendemos que educación de calidad es aquella que nos permite sacar lo mejor de nuestros talentos y virtudes, para forjar un camino de vida con un propósito positivo. No podemos evitar preguntarnos entonces, ¿qué propósito persiguen los jóvenes que no están apostando ni a su educación ni a su contribución desde un empleo formal?
Sin un propósito personal claro, va a ser muy difícil que nuestros estudiantes puedan ser personas completas, íntegras. Cambiar esta situación, es un desafío importante para nuestros docentes y establecimientos educacionales. Y el primer paso de cualquier intento de mejora, debe partir por contar con información confiable sobre el desarrollo de las habilidades personales de nuestros estudiantes.
Buscando esta orientación, Enseña Chile ha encuestado a más de mil 300 alumnos entre las regiones de Tarapacá y Aysén. Los resultados nos dicen que, en promedio, la mayoría de nuestros estudiantes no sabe cómo comportarse frente a situaciones de ansiedad o enojo, que no cuenta con herramientas para resistir la presión de su grupo curso y que tampoco sabe cómo construir relaciones sociales sanas y constructivas.
Si queremos mantener a los jóvenes en la escuela, será fundamental hacernos cargo de educar a nuestros estudiantes en el desarrollo de habilidades que ellos mismos hoy declaran no tener. Ese aprendizaje, tan o más importante que el académico, y un propósito claro para ir a la escuela cada día, ayudará a que como región, podamos aprovechar al máximo nuestro principal activo: el talento de nuestra gente.
Gustavo Rojas Ayala. Director regional Enseña Chile Patagonia