Reconstruyen restorán de Caleta La Arena luego de haber sufridos estragos por "tromba de viento"
Temor. Impactantes testimonios de quienes fueron testigos de la fuerza del viento, que afectó otra construcción y produjo voladuras de techos.
A toda máquina trabajan en el restorán "La Pola" -ubicado en Caleta La Arena- para levantar el local que fue arrasado por un "tromba de viento" ocurrida durante la mañana del sábado y cuando una fuerte ráfaga destruyó el 80% del recinto donde el producto estrella son las empanadas.
Los lugareños dicen que se trató del "Puelche", un viento que es común que llegue durante el invierno, pero que en esta oportunidad lo hizo con mayor fuerza que de costumbre.
Situación que originó que se destruyera el restorán y otras propiedades distantes un kilómetro aproximadamente.
Los pobladores tienen toda razón cuando apuntan al Puelche como el gran responsable. Así lo confirma Carlos Caviedes, meteorólogo de la Centro de Análisis Meteorológico con asiento en el Aeropuerto El Tepual de Puerto Montt y quien dice que efectivamente se trató de este viento que proviene de la cordillera y que sopla de este a oeste.
Este viento, cuyo origen es argentino, se mantuvo en esta zona entre el jueves y el domingo.
Además, Caviedes dice que en esta localidad alcanzaron una velocidad que bordeó los 70 kilómetros por hora y que los efectos que puede llegar a tener guardan relación con la topografía del lugar.
De acuerdo a lo explicado por el experto, la diferencia de lo sucedido en esta zona con lo ocurrido hace algunas semanas en Puerto Montt, donde los vientos alcanzaron los 90 kilómetros por hora, en promedio, se debe a que se trató de ráfagas del norte y no viento puelche y en la capital regional las casas están construidas para soportar esta situación, no así en Caleta La Arena".
Otra característica es que el Puelche no presenta un perfil aerodinámico. "Se da en período de invierno y puede durar hasta 5 días. Es conocido en la zona y es probable que en ese lugar nunca se diera tan fuerte", explica.
TODO RÁPIDO
"Estábamos acá y yo estaba atendiendo, tranquilo; pero de un momento a otro sentimos un estruendo. Y se comienzan a quebrar los vidrios. Todos. Y nos tiramos al suelo. Sentimos que algo entraba, que se producía una explosión y que se llevaba todo. Todo".
Este relato corresponde a Francisco Berríos, quien se queda a cargo del local cuando no se encuentra la propietaria Pola Badinella.
Una vez superado este episodio, comenzaron a trabajar. Lo primero fue recuperar el techo que se voló por la acción de este viento.
Todo fue rápido. "Fue una tromba. La destrucción fue completa y nosotros sólo atinamos a cubrimos. Las campanas y otros artículos, entre los que pudimos recuperar y los que no, se los llevó el viento hacia la playa. Fue algo impactante".
Este relato coincide con el que realizó Pola Badinella a Radio Digital FM, quien cuenta que al momento de este suceso se encontraban unas ocho personas en el local.
La comerciante ratifica que "se fue todo. No sabíamos qué estaba ocurriendo, ya que de un momento a otro se produjo la explosión. El techo voló... Con el personal sólo atinamos a tirarnos al suelo".
Tanto Pola Badinella como Berríos coinciden en que la situación pudo ser peor, ya que horas antes y producto del fuerte viento, un poste cayó, por lo que al momento de recibir esta "tromba de viento" se encontraban sin suministro eléctrico.
Rosa Soto también estaba ese día: "Fue impactante. Fue cosa de segundos y nadie alcanzó hacer nada. Hubo un gran susto. Estábamos en la cocina cuando se produjo el impacto y la voladura de latas".
No sólo el restorán de "La Pola" sufrió con esta situación, ya que quienes realizan las labores de pavimentación de la carretera también supieron de la furia de la naturaleza.
"El viento vino de la cordillera. Fue algo que pasó demasiado fuerte y que mandó abajo unas casas de la empresa y dañó el techo de ésta", cuenta Sebastián Igor, vecino de Caleta La Arena, quien se encontraba junto a su esposa y bebé cuando se generó esta emergencia.
"Volaba todo. No se podía salir. Sólo atinamos a protegernos, uno está acostumbrado al viento, pero nunca tanto. Era como un huracán que tiraba todo hacia arriba", revela.
Un grupo de trabajadores que realiza labores en la construcción de la carretera, cuenta que se dieron cuenta de lo sucedido cuando retornaron de sus labores.
Así lo relatan Eugenio Soto y Francisco Villegas, quienes coinciden en que de haber estado a esa hora, la historia podría haber sido distinta para ellos producto de la fuerza del viento. En este lugar voló una casa y el techo de otra, según cuentan.