El malvado Loki se roba la segunda parte de "Thor"
estreno. La nueva cinta basada en las aventuras del personaje de Marvel llega a las salas del mundo.
La segunda entrega de "Thor" es un gran espectáculo de acción con un héroe imponente -aunque falto de carisma-, Chris Hemsworth, perfectas dosis de humor y un buen plantel de secundarios, que incluye a Natalie Portman y, por encima de todos, a un inmenso Tom Hiddleston, como el malvado Loki.
Hemsworth es un superhéroe que cumple todos los requisitos: alto, guapo, musculoso, rubio, honesto y muy, muy fuerte. Una perfección a la que le falta un poco de personalidad, algo que le sobra a Hiddleston, uno de esos actores especialistas en robar escenas a los protagonistas.
Y "Thor: The Dark World", que llega estos días a las pantallas de medio mundo, no es una excepción.
Esta segunda aventura del superhéroe de Marvel supera a la primera en espectáculo y diversión, pura y dura. Si lo que se busca es un guión profundo y complejo, mejor abstenerse. Pero si la idea es pasar un buen rato y amortizar el premio de las entradas, se logra con creces.
La mezcla de los mundos espaciales en los que vive Thor -nada menos que nueve- con la realidad en la que se encuentra su amada Jane -una Portman que no se esfuerza demasiado en meterse en su personaje- permiten a Alan Taylor, curtido en la dirección de episodios de "Games of thrones", construir una entretenida historia interplanetaria.
El único objetivo de este filme parece ser el convertirse en un buen espectáculo y generar el suficiente atractivo para que el espectador quiera ver más aventuras. Eso lo consigue a la perfección, con un juego de bromas y humor que ha copiado de otra de las sagas de Marvel, la de "Iron Man". Y aunque le falta la ironía de Robert Downey Jr., lo compensa con la desfachatez de Tom Hiddleston, que da vida al malísimo Loki, hermano de Thor.
Hiddleston actúa con elegancia y proporciona los mejores momentos de la película. Quizás sea el momento de plantearse darle su propia saga.