Factores naturales y humanos causaron el desastre en Filipinas
Tifón. La ONU estima que los muertos llegan a 10.000 y pide US$ 300 millones para ayuda. El ciclón deja en evidencia una crisis de infraestructura en el país.
La naturaleza y el hombre se unieron para crear el desastre del tifón en Filipinas. Factores geográficos, meteorológicos, la pobreza, la mala calidad de las construcciones, el aumento de la población, y en muy menor grado, el cambio climático, se han combinado para hacer de Filipinas la nación más vulnerable a los tifones, según varios estudios científicos.
Y el tifón Haiyan fue poderosísimo. El meteoro golpeó al archipiélago filipino con una marea de dos pisos de alto y vientos que están entre los más fuertes jamás medidos en un ciclón tropical: 314 kph según satélites estadounidenses, o 237 kph según mediciones en el terreno. Decenas de miles de casas quedaron destruidas y se teme que miles hayan muerto.
"Es un fenómeno muy intenso que golpea una zona muy susceptible a los daños. Es la combinación de la naturaleza y el hombre", dijo Kerry Emanuel, profesor de Meteorología de Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). "Sin uno de esos factores no hay desastre".
Filipinas, un archipiélago de siete mil islas, está en medio de la región donde más tormentas ocurren en el mundo debido a las grandes extensiones de agua cálida, que son el combustible de las tormentas, y poco territorio para impedir que tomen tanta fuerza.
La mitad de las tormentas en una lista información de las más poderosas que han tocado tierra en los siglos XX y XXI golpearon a Filipinas, dijo Jeff Masters, director de meteorología de Weather Underground, un servicio comercial estadounidense que ofrece información meteorológica en tiempo real.
Los seres humanos también tuvieron una participación importante en el desastres, probablemente mayor que el de la naturaleza. Brian McNoldy, investigador de huracanes de la Universidad de Miami, calcula que entre 75% y 80% de la devastación es culpa del factor humano.
Los meteorólogos señalan la extrema pobreza y el fuerte crecimiento de la población, casi todo en áreas costeras vulnerables con malas normas de construcción, incluso los refugios contra huracanes que no pudieron soportar los embates de Haiyan.
Más de cuatro de cada 10 filipinos viven en una ciudad vulnerable a las tormentas con más de 100 mil habitantes, según un estudio del Banco Mundial. La población de la capital provincial de Tacloban, devastada por el tifón Haiyan, aumentó el triple, de 76 mil a 221 mil personas, en sólo 40 años.
Casi una tercera parte de las viviendas de Tacloban tienen las paredes exteriores de madera y una de cada siete el techo de paja, según la Oficina del Censo.
Esos factores, especialmente la mala calidad de las construcciones, fueron tan importantes que una tormenta mucho menos fuerte podría haber causado casi el mismo nivel de devastación, dijo, McNoldy.
A cinco días del paso de Haiyan, la desesperación y el hambre en las zonas devastadas ha aumentado. Por ello, Naciones Unidas pidió ayer US$ 301 millones para actuar frente a la emergencia.
La ONU estima los muertos en 10.000, pero fuentes oficiales filipinas indicaron ayer que el número supera los 1.700.
Llega ayuda, pero no donde se requiere
Al día siguiente de que el tifón golpeó Filipinas, un equipo de 15 médicos y expertos en logística estaba listo para volar hacia la ciudad más golpeada con el fin de ayudar. Ayer, luego de cinco días del ciclón, seguía esperando para partir. La ayuda ya está llegando a Tacloban: suministros médicos, plataformas con agua y alimentos se apilan en camiones y aviones.