Se apaga la luz de Mandela
Un emocionado Presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, confirmó en la tarde de ayer lo que se rumoreaba hace horas en el planeta: Nelson Mandela murió a los 95 años en su hogar, acompañado de su familia, en Johannesburgo.
El líder africano fue un símbolo mundial de la lucha pacífica por la libertad y el fin de todo tipo de discriminaciones, lo que lo hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 1993.
"Nuestra nación ha perdido a su hijo más importante", ensalzó Zuma.
"Su humildad, respeto y humanidad lo hicieron acreedor del respeto de todo el mundo (...) Lo que lo hizo grande fue precisamente lo que lo hizo humano", añadió.
La salud del líder comenzó a deteriorarse el año pasado, en el que sufrió una serie de infecciones pulmonares que lo tuvieron en riesgo de muerte durante meses.
Su última aparición pública fue hace cuatro años, para la final de la Copa del Mundo que se disputó en su país, en el que fue uno de los íconos.
"Madiba" murió en su hogar acompañado de su mujer, hijos y nietos. El Presidente Zuma le agradeció a sus familiares.
"Les debemos toda la gratitud (...) Soportaron mucho para que nuestro pueblo fuera libre", comentó el mandatario.
Su oposición al régimen blanco que imperaba en Sudáfrica, lo llevó en 1944 a crear su movimiento antiapartheid, el Congreso Nacional Africano. En 1964 lo declararon culpable de traición a la patria y lo sentenciaron a cadena perpetua en la cárcel de la isla Robben.
Se emitió una orden a nivel nacional prohibiendo que se mencionara su nombre. Sin embargo, tanto él como otros presos políticos lograron sacar clandestinamente mensajes con su posición y denuncia ante el mundo de lo que ocurría en su país.
La presión internacional llevó a su liberación en 1990, decisión adoptada por el Presidente Frederik de Klerk, con quien inició una transición política pacífica y democrática que terminó con el appartheid. Ambos obtuvieron el Nobel en 1993 y al año siguiente "Madiba" se convirtió en Presidente de Sudáfrica.
Su ejemplo fue inspirador de varios procesos de transición en el planeta, incluyendo Chile.
"No me puedo imaginar mi propia vida sin el ejemplo de Mandela", dijo ayer el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que contó que su primera participación política fue para protestar contra el apartheid.
"Fue influyente, valiente y profundamente bueno (...) Tenía gracia, buen humor, elegancia y capacidad de reconocer errores (...) Ya no nos pertenece a nosotros, sino a la Historia", agregó el mandatario.
El Gobierno sudafricano decretó ayer que el líder tenga un funeral de Estado, por lo que desde hoy las banderas del país flamearán a media asta, que se mantendrán así hasta su funeral, lo que podría ocurrir en unos diez días.
Líderes mundiales ensalzan su figura
El secretario general de la ONU, Ban Ki moon, lamentó la noticia. "Muchos han sido influenciados por su lucha a favor de la dignidad humana, la igualdad y la libertad. Tocó nuestras vidas de una manera muy personal y profunda", afirmó. A presidentes de países se plegó el mandamás de la FIFA, Joseph Blatter, con quien compartió en muchas ocasiones por el Mundial de 2010. "Cuando Mandela fue homenajeado y aclamado el 11 de julio 2010 en el Soccer City de Johannesburgo, fue uno de los momentos más emotivos para mí. Para él, ver la Copa Mundial en Sudáfrica fue un sueño hecho realidad", dijo.