Cuna de generoso verso y fecunda prosa, Puerto Montt se inquieta por no contar aún con una moderna biblioteca.
Siendo indispensables los aportes para los avances materiales, sobre todo los de conectividad, conviene -en esta batalla por el progreso integral- esforzarse por hacer también importantes inversiones en equipamientos destinados a albergar e impulsar el crecimiento intelectual y el desarrollo de los talentos interiores.
Puerto Montt destaca, sin duda, por el innegable prestigio que le confieren sus hijos escritores y poetas, quienes rivalizan en creatividad y resonancia, en particular, con los artistas pintores. Ambos, los de las letras y aquellos de los pinceles, han logrado y consiguen sus mejores inspiraciones en la caleta de siempre: el pintoresco y emblemático Angelmó.
A estas alturas del siglo XXI, la intelectualidad, estudiantado y mundo cultural de Puerto Montt, deberían disponer de una Biblioteca Regional de primera categoría y en un lugar céntrico y de fácil acceso. Más todavía cuando la experiencia y las corrientes educativas imperantes promueven, invariablemente, la importancia del libro y la lectura en la formación cultural de la persona desde su niñez a través del hábito lector. Apoyo indispensable también en el crecimiento valórico y de asimilación del individuo. Y así disminuir los bajos porcentajes de comprensión lectora, que tanto han llamado la atención en los últimos años a nivel nacional. Si no entendemos lo que leemos, no habrá destino ni sabremos cómo superarnos.
Y, justamente, una buena biblioteca tiene esa misión de acercar la sabiduría y la creatividad de los libros a la gente, partiendo desde la niñez misma.
Luego de su paso por las estrecheces del Museo Regional en la costanera y ahora en un edificio céntrico, pero inapto para biblioteca regional, todas las esperanzas están concentradas en el proyecto de la definitiva y renovada infraestructura que se erigirá en una céntrica área urbana. Un complejo que deberá estar dotado de la más moderna implementación, tanto para la conservación de los libros como para la atención y servicio al público, incluyendo a los de capacidades diferentes, en el interior del recinto y con adecuados estacionamientos exteriores.
Ojalá que el proyecto actualmente en proceso supere las burocracias y pronto tengamos la Biblioteca que amerita la capital de la Región de Los Lagos.