Cronica El Llanquihue
Un dolor de cabeza constituye para los colectiveros el constante alza del valor de la bencina durante las últimas semanas.
La tendencia -al parecer- no para y para este jueves se proyecta un aumento del orden de los $11, con lo que se aproxima a los $900 en el sur del país.
Si bien aún no se analiza entre los colectiveros la posibilidad de subir las tarifas del pasaje -en Puerto Montt promedian los $450- como una forma de hacer frente a esta situación, según reconocen en algunas líneas, hay quienes proponen que un mayor número de vehículos dejen de utilizar este combustible y se cambien a gas como una forma de disminuir sus costos.
En promedio, el consumo de uno de estos vehículos alcanza los $16 mil diarios y en autos que rinden -en ciudad- unos 12 kilómetros por litros y que se abastecen con bencina de 95 octanos.
Sin embargo, la inversión es entre 3 a 4 mil pesos menor en el mismo auto, pero que se utiliza gas para funcionar, según cuentan quienes optaron por realizar esta modificación.
Lo anterior se explica porque la bencina de 95 (es la más utilizada) cuesta $895 el litro ($887, la de 93; 905, la de 97; y $710 el diésel), mientras que el gas vale $554.
Quienes llevan años con este sistema implementado cuentan que la diferencia se nota y a pesar de que rinde menos que con el clásico combustible en, por lo menos, dos litros; lo que quiere decir que si un vehículo da 10 kilómetros por litro en bencina, con gas serán 8.
Esta modificación, en todo caso, no implica que el vehículo deje de ser bencinero, dado que lo que se instala en un kit en el maletero de los autos, que se puede desconectar en cualquier momento, para luego seguir funcionando con bencina.
Para los colectiveros, el realizar este cambio no implica inversión alguna, ya que los interesados deben firmar un comodato con alguna de las empresas que prestan este servicio, a cambio de un tiempo determinado de abastecimiento en este lugar. Por lo general, tres años plazo.
Eduardo Marambio, quien es presidente de la Línea 5 de colectiveros de Puerto Montt, recomienda hacer este cambio.
Según cuenta, no todos pueden hacerlo, ya que la autorización corre para los modelos con hasta siete años de antigüedad.
Actualmente, la conversión no se ha masificado a pesar del ahorro que implica y el impacto en las utilidades que genera.
Para tener un colectivo, hoy en día en Puerto Montt se requiere de una inversión de entre los 12 y 13 millones de pesos, que es lo cuenta adquirir un auto más los papeles, debido a que el parque se encuentra cerrado.
Sin embargo, apunta Marambio, las utilidades son bajas para quienes deben recurrir a conductores, los que entregan -en promedio- una cuota diaria del orden de los $12 a $13 mil en la capital regional.
Al mes, el auto genera una ganancia al dueño de unos $300 mil, monto desde el cual tienen que dejar los recursos para hacerles las mantenciones, entre las que se cuentan los cambios de neumáticos.
Quienes implementaron este servicio aseguran que la experiencia ha sido buena.
Desde hace dos años que Martín González utiliza el gas licuado y, según dice, hasta ahora no ha tenido ningún problema y el auto tampoco se deterioró más de la cuenta.
Lo mismo opina Jaime Peña, quien es encargado de una estación y también tiene un vehículo que utiliza este combustible.
Peña, quien fue uno de los primeros en cambiarse, detalla que no es efectivo que se dañe el motor con este sistema, además que no tiene costo para los interesados, porque-subsidia el Estado.
En la línea 3, de la cual Peña forma parte, de un total de unos 150 autos, unos 50 realizaron el cambio con la instalación de este kit que se conecta al motor.
Unos 200 kilómetros diarios recorre Nelson Rogel, de la Línea 22, en un auto de mil 600 centímetros cúbicos, quien explica que al día ahorra unos cuatro mil pesos desde que dejó de utilizar la bencina.
Al igual que lo que sucede en la Línea 3, en la que él trabaja, unos 50 autos fueron modificados, de los más de 100 que forman parte de ella en la actualidad.
Si bien la mayoría reconoce que existe un beneficio económico con este cambio, hay quienes, como Rigoberto Figueroa, sostienen que a la larga se produce un daño al motor del vehículo, por lo que al final sale mucho más caro que usar bencina.
Al respecto, Mauricio Rivera Pérez, quien es técnico docente, sostiene que a estos vehículos se les deben realizar las revisiones en un tiempo menor que los otros.
Rivera explica que uno de los problemas que se generan con el gas es una especie de suciedad que llega al motor, pero sin generar un gran daño, por lo que tiene que realizarse una limpieza de forma más seguida.
Es así como este especialista recomienda que los chequeos sean realizadas cada 5 mil kilómetros y no a los 10 mil, como debe ocurrir con un auto que se abastece de forma convencional.