Perro de Carabineros encanta con sus piruetas a los niños de jardines infantiles
Fabiola Ancapichún
Aarón tiene siete años y está pronto a jubilarse de Carabineros. Es el único perro de la Prefectura de Llanquihue, que cumple no sólo una función de seguridad preventiva junto a su guía en la calle Antonio Varas de Puerto Montt, sino que también encanta a los niños con sus jugarretas y piruetas.
Una de sus últimas actividades -ya que también tiene una agenda para entretener a los menores- fue en el Liceo Andrés Bello, donde llegaron niños de distintos jardines infantiles, junto a las docentes, a ver su presentación, la que sacó aplausos de grandes y chicos.
El capitán Jorge Cárcamo, de la Quinta Comisaría de Carabineros, detalló que "nosotros todos los años, en esta ocasión en nuestro octogésimo séptimo aniversario, tratamos de juntar a gran cantidad de niños de diferentes jardines y hacer una presentación. En esta oportunidad, lo hicimos en el gimnasio del Liceo Andrés Bello, que generosamente nos facilitaron. Aquí estuvo la presentación del can de la Prefectura de Carabineros de Llanquihue, que es Aarón, y también incorporamos a un grupo musical de la Escuela de Formación, que son alumnos que próximamente van a egresar".
Aarón demostró todas sus habilidades en el gimnasio. Saludó graciosamente, saltó y simuló un ataque, cuando su amo se lo pidió.
El suboficial mayor, Juan Astete, hace 16 años hizo un curso en la Escuela de Adiestramiento Canino de Carabineros en Santiago. Aarón es el tercer can que tiene a su cargo. Como dice el uniformado, "es mi compañero".
"Él viene de Santiago y para pertenecer a Carabineros le hicieron tres tipos de exámenes: uno de ataque, de displasia (caderas) y brucelosis (si el perro tiene esta enfermedad y ataca a un hombre en los genitales puede dejarlo estéril). Después se le hace un entrenamiento". Una vez que los canes se van a retiro o son dados de baja, quedan bajo el cuidado de sus guías.
Según el suboficial, quien lleva más de 27 años en la institución, el trabajo junto a Aarón está abocado en la parte de seguridad preventiva de calle Antonio Varas, con la finalidad de evitar los robos por sorpresa o "lanzazos", que afectan a los transeúntes. Además, están a cargo de fiscalizar que los comerciantes ambulantes no se instalen en la vía pública.
"A mí me encantan los perros y, por esta razón, escogí esa especialidad. Cuando salgo con feriado tengo que salir con mi perro, no puedo dejarlo, ya que se da con uno nada más", revela.
Aarón tiene siete años y hace cinco que está en la zona. Aunque le falta poco para jubilarse, porque todos los perros se quedan en la institución hasta los 10 años y medio. "Ya nos queda poquito, así que los dos nos vamos a ir juntos a retiro", manifiesta el suboficial Astete, entre risas.