El seleccionado de Brasil y el Mundial en donde la pelota le pesará hasta el doble
anfitrión. Los locales arrastran el fantasma del 'Maracanazo' y quieren sacudirse de las presiones en el debut.
No debe ser fácil para Brasil vivir su propio Mundial. No sólo porque lo disputa en tierra propia, con toda la expectativa que ello genera en su gente, sino porque además le es inevitable recordar el mítico Maracanazo del 50', cuando el 'Scratch' perdió la final, en su casa, ante Uruguay.
Esa es la herida más grande en la historia del fútbol de ese país, esa que el dramaturgo brasileño Nelson Rodrigues tachó como 'nuestra catástrofe nacional, nuestro Hiroshima'. Y cada uno de los jugadores del actual plantel lo saben. El objetivo es la final, ganarla y convertirse en héroes. De lo contrario, están llamados a ser condenados. Así de simple.
En el norte, a un día del debut, asoma Croacia. Y la gran inquietud del técnico Luiz Felipe Scolari es saber cómo se comportará su equipo, un plantel que de sus 23 elementos, 17 disputan su primer Mundial. ¿Pesará la inexperiencia en este tipo de lides pese a la racha de 16 partidos ganados en línea?
lo que está en juego
Los jugadores saben que se juegan mucho. 'Debemos ser conscientes de la importancia de conquistar tres puntos en el primer partido, porque un empate o una derrota puede complicarnos. Estoy seguro de que la hinchada entiende la situación, de que nos apoyará y entenderá que, si ganamos por 1-0, será como una goleada', afirmó el delantero Bernard.
Su compañero en ataque, Fred, aclaró que la tensión existe, pero a la vez, es lo que motiva al jugador: 'Cuando escuchamos el silbido inicial, todo pasa. El peor momento es la víspera, porque la pasas todo el día pensando en el partido'.
'A medida que se acerca el momento, la ansiedad va en aumento. Por suerte, tenemos a jugadores experimentados que nos ayudarán a soportar la presión. Pero está claro que este es un Mundial diferente, incluso para ellos, porque la Copa es en Brasil', sostuvo el ariete Jo. Neymar, uno de los llamados a ser figura en Brasil, soñó siempre con ser parte de la selección de su país. 'Era mi sueño de la infancia y aquí estoy. Tengo la 10 en la camisa, jugaré la Copa del Mundo y en mi país. Pero no lo veo como presión. Yo y el resto del equipo tenemos que estar orgullosos de entrar en el campo.'
Claro que en el equipo los más veteranos aplican técnicas para calmar esa ansiedad. O al menos tratan. Ese es el caso de Dani Alves, que sigue los consejos de su ex técnico en el Barcelona, Josep Guardiola.
'Yo aprendí de un gran maestro, Guardiola. Debemos evitar el desgaste hasta que llegue el momento de actuar, o sea, hasta la hora del partido. Mi subconsciente sabe que jugaré un partido importante, pero recién empezaré a concentrarme en el vestuario. Así, evito el desgaste mental, que no es beneficioso, sino que perjudica', aclaró.
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