Nuevo atentado con atropello dispara la tensión en Jerusalén
Un capitán de la Policía israelí de fronteras murió ayer y trece personas más resultaron heridas de diversa consideración en el ataque de un conductor kamikaze palestino en Jerusalén, el segundo que ocurre en la ciudad santa en las últimas dos semanas y que disparó al máximo la tensión en esa ciudad.
Testigos explicaron que, sobre las 12.00 hora local (10.00 GMT), un hombre al volante de un furgón blanco penetró en la línea del tranvía y cruzó a máxima velocidad frente a la estación de Shimon Hatzadik, muy utilizada por ultraortodoxos para rezar en una conocida tumba judía homónima en Jerusalén Este.
Allí atropelló al oficial y a otros tres miembros de una de las decenas de patrullas que el Gobierno israelí ha desplegado en la parte este de la ciudad desde que el pasado 22 de octubre dos personas perdieran la vida de la misma manera en un ataque similar a apenas un kilómetro de distancia.
El conductor recorrió al volante unos 200 metros más, antes de chocar con dos vehículos en una intersección.
"Se volvió loco, sacó una barra de metal y comenzó a intentar pegar a la gente y a gritar 'Alahu Akbar' (Alá es el más grande)", declaró a EFE Yosef, miembro de la comunidad haredí (ultraortodoxa) que se encontraba en la zona.
hAMAS APLAUDE ACCIÓN
"Vivía en el campo de refugiados de Shuafat (Jerusalén Este) y era electricista. De Hamas era su hermano, que estuvo en la cárcel, fue liberado durante el intercambio por el soldado Gilad Shalit y enviado a Turquía", indicó Anjab Abu Azzam, subdirector del centro Médico Al Hayat, situado a escasos metros.
Abu Azzam, que conocía al atacante, señaló que era padre de cinco hijos y que no era un activista, sino uno de los muchos palestinos cansados de la tensión que vive la ciudad desde el pasado julio.
Los barrios árabes de Jerusalén son testigos de una creciente tensión desde que a principios de julio ultranacionalistas judíos quemaran hasta la muerte a un menor palestino, en venganza por el asesinato tres semanas antes de tres estudiantes israelíes a manos de ex convictos de Hamas en Cisjordania ocupada.
Desde entonces, los ataques con piedras al tranvía, que corre a lo largo de la línea verde de 1967, se han repetido.
Una tensión que se disparó hace dos semanas con el primer kamikaze y que se multiplicó el pasado miércoles cuando un palestino tiroteó y dejó gravemente herido en Jerusalén Oeste a Yehuda Glick, rabino ultranacionalista que trabaja para cambiar el estatus de la Explanada de las Mezquitas.
Horas más tarde se registró un posible nuevo atentado por parte de un palestino, esta vez en Cisjordania. En el ataque resultaron heridos tres soldados israelíes, uno de ellos de gravedad. Según reportes de los medios, un pequeño microbús blanco los atropelló mientras esperaban al margen de una autovía cerca del asentamiento Gush Etzion. Ayer eran buscados el automóvil y el conductor.