La buena noticia para los fans es que el nuevo disco de Pink Floyd, "The Endless River", que sale a la venta mañana, suena "muy Pink Floyd". La mala noticia: está lejos de clásicos como "The Dark Side Of The Moon" o "The Wall".

David Gilmour y Nick Mason, los dos miembros que permanecen en la banda, honran con así al tecladista Rick Wright, un hombre talentoso y modesto que falleció en 2008 a causa de un cáncer. "'The Endless River' es un tributo a Rick", dijo el baterista Mason a DPA. "Este álbum es un buen reconocimiento a lo que hizo y cómo su interpretación representó el corazón del sonido de Pink Floyd", agregó.

La banda británica ya había homenajeado previamente a uno de sus ex miembros con "Shine On You Crazy Diamond" (incluida en el álbum "Wish You Were Here", 1975), dedicada al cofundador de la banda Syd Barrett, a quien el consumo de drogas condujo a la locura y el aislamiento. El discreto Wright estuvo prácticamente siempre a la sombra de Gilmour y de Roger Waters, quien incluso a fines de los 70 lo expulsó de la banda, aunque el tecladista hizo una contribución esencial al sonido del grupo y también compuso canciones como "The Great Gig In The Sky". Wright siempre fue "subestimado por la opinión pública, los medios y antes también por nosotros, como debo decir con gran pesar", señaló Gilmour a la emisora BBC.

Años después de la partida de Waters de Pink Floyd, Gilmour y Mason volvieron a convocar a Wright para grabar dos álbumes de estudio, el último de ellos "The Division Bell", en 1994. |

Ícono "The Dark Side of the Moon" (1973) es el segundo álbum más vendido de la historia, luego de "Thriller".

Legado Pink Floyd ha facturado más de 300 millones de discos en todo el mundo, casi un tercio solo en Estados Unidos.

Futuro Gilmour dijo hace poco a la BBC estar "bastante seguro" de que se trata del último disco de Pink Floydx.

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Si hace un tiempo atrás ya estuvo en Namibia, Kenia y Tanzania haciendo "Cultura Salvaje" y luego recorrió Nepal y la India en "Cultura Sagrada", hoy a las 19 horas debuta por las pantallas de 13C "Cultura Milenaria" con el periodista Claudio Iturra conduciéndonos por una porción del Sudeste Asiático.

El tráiler promocional ya es evocador: costas rocosas, un remero y embarcaciones a vela, caras de ancianos orientales y mercados fluviales; manadas de bueyes entre fogatas y niebla, arrozales y templos con dorados y sonrientes budas, monjes con ropa color azafrán y niñitas de cuellos anillados.

Todo eso y más registraron en sus casi tres meses de viaje que comenzaron el 25 de julio y terminaron el 8 de octubre, y en el cual recorrieron Tailandia, Malasia, Indonesia y Vietnam.

- ¿Cómo se viene este "Cultura Milenaria"

- Nos propusimos ir tras las culturas del sudeste que tienen que ver con los campos de arroz, con el budismo, el Islam, una cultura que está muy cruzada por la religión y por otro lado quisimos ver qué huellas quedaban de ese Vietnam que fue azotado por dos guerras, la de Indochina con los franceses y después con Estados Unidos. Fueron como 75 días de grabación que creo han sido la temporada más linda que hemos hecho en la vida.

- ¿Por qué escogieron esos lugares?

- Siento que esos lugares están en el inconsciente colectivo de los chilenos cuando piensan en turismo exótico. Todo el mundo tiene un amigo que fue o tiene un amigo que quiere ir al sudeste asiático. Es una suerte de invitación para los que tienen las ganas, una suerte de recordatorio para los que ya fueron y para los que no tienen la fortuna de poder ir porque es lejos y caro llegar allá, para que lo conozcan. Me atrevería a decir que el sudeste asiático es uno de los lugares más importantes del mundo del turismo donde encuentras gente de todos los lugares.

- En cuanto a tu experiencia de viaje, ¿cómo ha sido está en comparación a las de la India y África?

- Encuentro que esta vez mostramos lugares más accesibles. Cuando fuimos a la India nos metimos en lugares que en verdad son inalcanzables para cualquier persona. Como en Asia con budistas y los budistas son súper pacíficos, también hay hartos musulmanes que castigan muy duro a la delincuencia, son lugares que son seguros, accesibles, que están dentro de rutas turísticas.

- ¿Alguna anécdota que puedas deslizar?

- Bueno, en Indonesia fuimos a ver ritos funerarios a Tana Toraja que es una villa que queda en Sulawesi y entramos a una casa. Habíamos leído pero no sabíamos si era verdad que la gente cuando se moría la guardaban dentro de sus casas. Imagínate que tu marido se muere y tú sigues durmiendo con él. Lo acuestas, lo pones en la mesa, lo dejas adentro de la casa muerto.

- Pero eso es antihigiénico ¿o no?

- Yo tenía las mismas dudas y fuimos y lo grabamos. También descubrimos que no todos lo hacen. Entramos a la casa de una señora que tenía a su mamá hace un año y medio muerta adentro de la casa, acostada. Cuando miras eso te vas topando con realidades que dices: "¡cresta! en Chile vivimos tan distinto".

- ¿Y alguna otra anécdota del viaje?

- En el parque nacional de Komodo nos metimos a bucear con siete tiburones alrededor. Creo que descubrimos los lugares más lindos del mundo.

- ¿Y qué fue lo más duro?

- En Vietnam los recorridos son súper lentos, las carreteras son más peligrosas, nos metimos en la montaña, en la frontera con China, estuvimos en Tailandia en la frontera con Birmania, que es un país que políticamente está súper inestable, harto control militar, lugares de registro. Era tedioso llegar a los lugares, te podías demorar tres días en eso.

- ¿Cuántas personas viajan contigo?

- Somos cuatro: la periodista Constanza de la Cerda, el piloto del dron que es Lucas Hurton, Diego Sánchez que es el camarógrafo y yo. Nos llevamos muy bien, tratamos de viajar como amigos, llevamos mucho tiempo trabajando juntos.

- ¿Cómo te preparas para cada viaje?

- Hacemos lo que nadie hace en Chile, leemos antes de viajar, estamos tres meses leyendo encerrados como si fuera para un examen de grado.

- ¿Hay algo común a todas las personas en todos los lugares?

- El lenguaje de la amistad es uno solo. La comunicación muchas veces es no verbal y te invitan a almorzar, puedes pasar una tarde riendo, finalmente te entiendes con gestos y miradas. Es fascinante poder establecer lazos con las personas sin necesidad de un idioma.