Cariño para niños pobres en Navidad
¡Vamos, puertomontinos, vuestro regalito para los niños desvalidos no puede faltar esta Navidad! Las siempre generosas campañas navideñas de recolección de obsequios para humildes pequeños de los hogares de menores de la Provincia de Llanquihue y de las modestas barriadas porteñas, que, una vez más, reeditan Correos Chile y el árbol gigante del mall Paseo del Mar, están flaqueando este año. Y sus solidarios organizadores -dado el tibio apoyo encontrado esta vez en la ciudadanía- temen que la tristeza y el desencanto ronden en sus protegidos en la cercana Nochebuena, al no haber un regalito o algún gesto de amor.
La preocupación es fundada.
En el caso de la cruzada de Correos, se recuerda que el año pasado los porteños apadrinaron 1.023 cartas enviadas por niños de vulnerable condición social; mientras que ahora, faltando una semana para Navidad, sólo se han retirado unas 400 misivas. Y el petitorio al Viejito Pascuero, en general, según lo comprobado por los organizadores, se refiere a cenas navideñas, cochecitos, muñecas, pelotas, entre otros, e incluso algunos piden que no les corten la electricidad cuando miran televisión. También, hay solicitudes de obsequios caros, pero ante la imposibilidad de ello, es aconsejable igual enviarles algún presente de menor cuantía. Sea cual sea el valor material del regalo, su mágico encanto siempre será insustituible.
La otra campaña -también de admirables proyecciones humanitarias- es la que impulsa en tiempos de Navidad el bien inspirado comunicador social Fernando Núñez en el mall Paseo del Mar, donde un árbol navideño gigante ofrece cientos de tarjetas para que los porteños apadrinen a desvalidos niños de hogares de menores de esta provincia, comprometiendo todo tipo de regalos pascuales. Los que oportunamente son recolectados y enviados a los pequeños, que hoy sueñan con el afecto del Niño de Belén y de Papá Noel. Pero, como a esta fecha, solamente ha habido respuesta de un 10% para las 470 tarjetas en distribución, los auspiciadores estaban algo desconcertados frente al riesgo del fracaso.
¡Vamos, porteños, hagámonos merecedores de una feliz Navidad, siendo solidarios con esos niños y familias faltos de recursos y de amor!