Una de las instituciones emblemáticas y representativas del deporte en Puerto Montt, que descuella por su laborioso espíritu de superación y emprendedor accionar futurista, es el Deportivo Estrella Blanca, que hoy conmemora 80 tesoneros años de fecunda existencia.
En su pujante trayectoria, que comienza con su fundación el 24 de enero de 1935, presidido por Guillermo Kipreos y la colaboración de otros visionarios del deporte, destaca la puesta en marcha de su primera rama, la de boxeo, en 1939, liderada por Armando Cárdenas. Al que le sucede otro avance importante: la inauguración de su gimnasio en el cerro Miramar el 7 de diciembre de 1952 en presencia del obispo Ramón Munita. Mientras que el 29 de agosto de 1961 se hacía realidad el sueño estrellero de la personería jurídica para el club, a instancias de Román González. Y en 1962 se adquirían los terrenos para el estadio y sede en el sector de Mirasol, cuya construcción comenzaría en 1979. Años después, un 28 de abril de 1989, se concretaba otra antigua aspiración de Estrella Blanca, impulsada por el dirigente Daniel Oyarzo y el técnico Sergio Mansilla: la Escuela de Fútbol, su gran semillero y proyección institucional.
En la actualidad, el bien ganado prestigio de la octogenaria entidad de la estrella solitaria -de los cerritos Miramar y Los Sauces- se ha ido forjando a través de sus ramas de fútbol, remo y semillero. Capitalizado por meritorias campañas futbolísticas, brillantes actuaciones internacionales de su bogadores y el ejemplar y admirable trabajo de su crisol forjador de futbolistas desde tierna edad, bajo la sabia e inspirada guía de los hermanos Sergio y Fernando Mansilla, señeros referentes del Estrella Blanca de siempre. Y ya soñando en el club con una nueva conquista: el futuro gimnasio, por el cual lucharán con la mística de trabajo habitual hasta lograrlo.
Al cumplir 80 años, los progresistas estrelleros celebran con la profunda satisfacción de estar contribuyendo a la formación de una juventud sana de cuerpo y espíritu, junto con aportar oportunidades de una existencia más feliz y fraterna al vasto conglomerado seguidor. Y siempre iluminados por esa fiel estrella, que no deja de mostrar el buen camino.