El dinamismo que la bahía requiere
El anhelo de que la hermosas bahía de Puerto Montt cobre una mayor dinámica y deje de ser un inerte paisaje, este verano en especial, afortunadamente, se está convirtiendo en una alentadora realidad, para así ir potenciando cada vez más nuestro turismo y hacerlo valer como un indispensable pilar de desarrollo socioeconómico e importante alternativa de buen pasar y revitalizadora recreación para residentes y visitantes.
Aquellos porteños de tomo y lomo, que no quieren ver a nuestra apacible rada y a la misma cuenca del Reloncaví en anémica inmovilidad, están palpando como en el presente período vacacional, además de los mega cruceros, bulle la actividad navegable con embarcaciones menores, que transportan turistas, en torno a la isla Tenglo. Mientras que también se efectúan periplos pedagógicos a los conchales milenarios, que son patrimonio histórico local, en áreas ribereñas e insulares. Y a lo cual se unen los desplazamientos de los taxis náuticos, que esta año debutaron sumándose al servicio del transporte público, ahora por mar junto al borde costero, entre el balneario de Pelluco y el sector de Chinquihue.
Desde luego que -ante este prometedor movimiento de pasajeros vía mar- es de suyo conveniente, velando por su indispensable seguridad, establecer la mayor coordinación posible, para que todo funcione de manera fluida y sin riesgos, en aras de unas gratísimas y bien resguardadas vacaciones estivales junto al tranquilo mar del Reloncaví. Y con ello evitar la irrupción improvisada de embarcaciones mayores en la recogida de pasajeros, como así se informó a este Diario.
Sólo falta que los deportes marítimos como el remo, yatismo, entre otros, también digan presente con algunas de sus competiciones en estos días veraniegos en las calmas aguas de la rada puertomontina, para deleite de porteños y visitantes. Espectadores que mucho necesitan conocer del apasionante mundo acuático y así irse impregnando del insospechado destino marítimo que Chile tiene por estar acompañado del Océano Pacífico en toda su prolongada extensión. Un extraordinario privilegio que reclama ser tomado más en cuenta y considerado más a fondo en el quehacer nacional.