Vendiendo verduras de la huerta de su madre aprendió a ser comerciante
Sergio Torres Cid se hizo vendedor a la fuerza, junto con su primer texto escolar. Es oriundo de Lautaro, donde a los 6 años salía a vender las verduras de la huerta de su madre. A los 14 ya tenía su propio kiosco en el centro de la ciudad, donde ofrecía a los transeúntes frutas y verduras.
A los 17 instaló su primer negocio formal. Luego, en una actividad misionera, conoció a su esposa en Puerto Montt, hasta donde se trasladó hace 25 años, dedicándose a la venta ambulante, recorriendo las ciudades de la provincia de Llanquihue, pero con artículos de paquetería. Luego de un par de años se estableció en la calle Merino Benítez de la población Pichi Pelluco con un negocio, el que luego traspasó a su hermano y se instaló una cuadra antes en lo la galería comercial del sector, donde lo amplió con botillería, verdulería, frutas y carnicería. Es decir todo lo que la familia necesita para el almuerzo.
Con esfuerzo y mucho trabajo logró adquirir también un camión con el que busca personalmente los productos a las zonas productoras, Angol, Temuco, Talca y también Santiago, todo depende de cómo estén las cosas.
"Por eso los productos que y o vendo son de primera calidad y la mitad más barato que los supermercados, porque abarato costos", asegura el comerciante, quien trabaja con toda la familia, incluyendo a su única nieta de siete años.
Sergio Torres es casado con Mirna Alejandra Sierpe Fierro, quien le ayuda junto a sus tres hijos Natacha, Andrés y Camilo, cuando éstos están de vacaciones. Su hijo Andrés, se encuentra realizando en estos momentos práctica profesional.