Ucrania pedirá a la brevedad ayuda a las fuerzas de paz de las Nacionas Unidas
conflicto. La solicitud tiene por objetivo supervisar el cese al fuego.
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El Presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, solicitó ayer el despliegue de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas, conocidas como los "cascos azules", en el este del país y en la frontera con Rusia, con el objetivo de supervisar el cese al fuego pactado en Minsk.
La petición del Mandatario surge a raíz de la toma de Debaltsevo por parte de los rebeldes prorrusos, que se produjo el miércoles en pleno alto al fuego y constituyó la mayor derrota de la milicia ucraniana en diez meses de conflicto. En dicha ciudad murieron al menos 22 soldados y se registraron más de 150 heridos.
Después de rechazar durante meses el despliegue de un contingente internacional con el argumento de que eso congelaría el conflicto, Poroshenko propuso una misión de paz "en virtud de un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU".
Según el líder ucraniano, "la variante más óptima" sería una misión policial de la Unión Europea (UE), que sería emplazada tanto en las regiones de Donetsk y Lugansk como en la frontera ruso-ucraniana.
"Rusia, como país agresor, no puede y no participará en la operación de pacificación en Ucrania", recalcó Poroshenko, tras reunirse con el comisario europeo de Ampliación, Johannes Hahn.
El Mandatario advirtió que Kiev nunca aceptará "un formato de misión de paz que legitime el contingente militar ruso de miles de efectivos" presente en territorio ucraniano. "Con esos pacificadores ya tenemos más que suficiente", ironizó.
El ministro de Exteriores de Ucrania, Pavel Klimkin, precisó que "abogaremos porque el componente europeo sea mayoritario" y agregó que "si Rusia no acepta tales garantías, significa que no apoya el cumplimiento de los acuerdos de Minsk".
respuesta
Los separatistas rechazaron de inmediato el posible despliegue de fuerzas de paz en la frontera, aduciendo que eso supondría una ruptura de los acuerdos de paz suscritos el 12 de febrero pasado en Minsk.
Recuerdan que, antes de proceder a abordar el asunto fronterizo, Kiev y los prorrusos deben convocar elecciones locales, además de introducir una amnistía para los combatientes y levantar el bloqueo económico de las zonas rebeldes.
"Que Kiev recoja a sus muertos", dijo Alexandr Zajarchenko, líder separatista de Donetsk, quien agregó que, "lamentablemente, la autoridades no atendieron a los llamados a deponer las armas".
Ayer, los rebeldes dieron por terminada su última ofensiva y negaron que se planteen atacar el puerto de Mariupol (mar de Azov), sede del Gobierno regional leal a Kiev en esa zona, y prometieron que, a partir de ahora, respetarán "estrictamente" el alto el fuego.