la nave rusa progress se desintegra y sus restos caen sobre el pacífico
El transbordador espacial ruso "Progress M-27M", que orbitaba desde hacía días fuera de control, entró a la atmósfera terrestre y se desintegró.
El ingreso a la atmósfera terrestre se produjo durante la madrugada de ayer sobre el océano Pacífico, según informó un portavoz de la agencia espacial rusa Roscosmos, citada por DPA.
Los investigadores ya habían pronosticado que el transbordador, que pesaba más de siete toneladas, se desintegraría casi por completo, a excepción de las partes de titanio y acero inoxidable.
De acuerdo a Roscosmos, los restos de esos materiales que no se desintegraron cayeron en el Pacífico sur. Esa región inhabitada, situada lejos de la costa oeste de Sudamérica, está considerada como el "cementerio de las naves espaciales". Allí cayeron ya muchos satélites, transbordadores y en el año 2001 también acabó allí la estación espacial Mir.
El "Progress M-27M" fue lanzado a fines de abril desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, impulsado por un portacohetes Soyuz y cargado con 2,4 toneladas de provisiones destinadas a la Estación Espacial Internacional (EEI). Sin embargo, el portacohetes erró en alcanzar la órbita prevista. Como consecuencia, la nave viró sobre su eje hacia un órbita equivocada y no fue posible estabilizarla con ayuda de señales de radio. Según la agencia espacial rusa, la EEI cuenta por el momento con suficientes víveres y material técnico. El incidente supuso pérdidas de US$ 98 millones, según datos de Moscú. La falla técnica tendrá además consecuencias sobre nuevos vuelos al espacio. Roscosmos retrasó hasta el 11 de junio el regreso de sus tres astronautas que se encuentran en la EEI.
Rusia aplazará el lanzamiento de una misión tripulada a la EEI prevista para el 26 de mayo. La preocupación de los investigadores es la explosión de la tercera etapa del portacohetes Soyuz, el mismo que se utiliza en las misiones tripuladas.
Falla técnica
El portacohetes erró en alcanzar la órbita prevista. La nave viró sobre su eje hacia un órbita equivocada y fue imposible estabilizar la nave con señales de radio.
Pérdidas
La misión fallida provocó pérdidas que ascienden a US$ 98 millones (88 millones de euros) y compromete el envío de nuevos vuelos al espacio.