Un estudio muestra el lado negativo de ser perfeccionista
Personalidad. El temor de cometer errores y de no estar a la altura de las expectativas puede conllevar a un desgaste físico y mental, según un estudio.
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Si bien el perfeccionismo puede tener aspectos positivos, un estudio exploró el lado "oscuro" de querer hacer las cosas a la perfección y encontró que este tipo de personalidad puede tener consecuencias negativas tanto en las relaciones interpersonales como en la salud, al vincularlo con el desgaste físico y mental.
Los autores del trabajo, elaborado por la York St John University (Inglaterra), hicieron una distinción entre dos tipos de perfeccionismo: "esfuerzos perfeccionistas" y "preocupaciones perfeccionistas".
El primero tiene relación con el establecimiento de estándares altos y metas personales por los que se trabaja de manera proactiva. Según los responsables del estudio, este tipo de personalidad puede hacernos sentir bien con sí mismo, pues mejora la autoestima y el autocuidado.
El segundo tipo de perfeccionismo se refiere al temor de cometer errores, decepcionar a otros, o simplemente fallar y no estar a la altura de las expectativas del resto. Estas preocupaciones pueden conducir a estrés grave, depresión, ansiedad y fatiga.
"Las preocupaciones perfeccionistas capturan miedos y dudas sobre el desempeño personal, lo que causa un estrés que puede llevar a agotamiento cuando las personas se vuelven cínicas y dejan de preocuparse", explicó Andrew Hill, autor principal del estudio y profesor asociado de Sicología Deportiva de esa universidad inglesa.
"También puede interferir en las relaciones y hacer difícil enfrentar los contratiempos, porque cada error es visto como un desastre", agregó.
Los investigadores examinaron 43 estudios anteriores que se desarrollaron en las últimas dos décadas.
Encontraron que el desgaste producido por el perfeccionismo negativo fue más frecuente en personas trabajadoras, ya que éstas suelen tener menos respaldo social que aquellos que estudian o se dedican a los deportes.
Además, los lugares de trabajo en general ofrecen menos elogios o calificaciones según los logros, en comparación con un ambiente académico. A pesar de trabajar duro, la falta de un sentido de logro puede contribuir al cinismo y el desgaste, señalaron los autores.
En definitiva, los académicos sugieren tener una actitud perfeccionista cuando se busca alcanzar metas personales, pero piden ser "amable" consigo mismo cuando el camino por recorrer es largo. Esto, porque las preocupaciones y el estrés pueden tener impactos negativos de largo plazo tanto a nivel mental como físico, contribuyendo a un mayor riesgo de enfermedades cardiacas, depresión, ansiedad, envejecimiento, e incluso diabetes y obesidad.
"La gente necesita aprender a desafiar las creencias irracionales que subyacen preocupaciones perfeccionistas, estableciendo objetivos realistas, aceptando el fracaso como una oportunidad de aprendizaje y perdonándose cuando cometen errores", dijo Hill en un comunicado de prensa citado por el sitio MedicalDaily.
"La creación de entornos donde la creatividad, el esfuerzo y la perseverancia son valorados, también ayuda", finalizó.