Un estudio revela por qué el género del horror es atractivo
ARTE. Una investigación asegura que este fenómeno se produce a partir de un interés por lo "raro" y los rasgos humanos de los personajes de terror.
Muchas personas sienten pavor al ver fantasmas, zombies y monstruos, pero otros son fanáticos de estos especímenes y suelen disfrazarse como ellos. También son seguidores de series como "The Walking Dead" y "American Horror Story", así como clásicos del cine de horror.
¿Por qué este género es tan popular? Un estudio de Gary Vaughn, académico de la Universidad de Cincinnati (EE.UU.) buscó la respuesta a esta pregunta que tiene cierta antigüedad. Los resultados de la investigación fueron publicados por la Popular Culture Association/American Culture Association (PCA/ACA), a poco más de un mes de que comience la fiesta de Halloween, cuyos dulces, trajes y fiestas comenzarán a acaparar una vez más el mercado chileno.
Explicación
El estudio de Vaughn intentó responder algunas inquietudes respecto de la relación de las personas con el horror. Por ejemplo, por qué algunos disfrutan de las películas de terror en lugar de sentir miedo, o por qué hay viajeros que hacen tours por las casas antiguas, o simplemente el gusto de algunas personas de maquillarse y disfrazarse como zombies o vampiros, personajes supuestamente repulsivos.
Para explicar este fenómeno, Vaughn profundizó en el argumento de "American Horror Story: Freak Show", en términos de las situaciones de peligro que se producen y el encanto de los monstruos, que el académico denomina como "apelación cebo y un interruptor de la serie a su audiencia que comienza en el voyeurismo, pero que termina en la reflexión".
En resumen y a juicio de Vaughn, más allá del argumento de la serie y la exposición a la muerte, hay un componente intelectual que predomina por sobre lo sicológico. "Estas opciones de escritura creo que son intentos deliberados para que nosotros, la audiencia, confrontemos nuestros propios estereotipos acerca de la diferencia y la discapacidad", sostuvo el autor del estudio a través de un comunicado.
Atracción hacia lo raro
Vaughn explicó que la experiencia de ver programas de horror es similar a una costumbre que data del siglo XIX, cuando en las ciudades habían shows para ver fenómenos de la naturaleza como la clásica "mujer barbuda" o un animal de dos cabezas. En síntesis, existe una atracción hacia las "rarezas", que se encuentran fuera de la experiencia cotidiana.
"A medida que la serie avanza, nos vemos obligados a enfrentarnos a lo que consideramos 'freak'. Los monstruos de la serie tienen su propio sentido de la justicia y de la confianza -a veces fuera de lugar- y su propia ética. En muchos casos, demuestran cualidades humanas más admirables que los denominados caracteres ordinarios de la ciudad", añadió Vaughn.
El experto en arte dice que si bien la serie ha sido criticada por sus actuaciones exageradas, argumentos inconexos, sexo explícito y violencia, "Freak Show" también obliga al público a considerar lo que está fuera de lo común como parte de nuestro deseo social para separar a las personas que se ven de manera diferente a sí mismas, tales como los discapacitados. Esto explicaría en parte la permanencia de ciertos prejuicios sociales.
La serie "nos fuerza a enfrentar nuestros propios miedos intelectuales acerca de la diferencia, la diversidad y los temores del cambio", concluyó Vaughn. "Esto nos lleva de la apelación voyeurista al comienzo de la temporada para llegar a hacer una pausa y pensar en quién podría ser el bicho raro 'real'. ¿Qué hay de malo en ser anormal o una anomalía?".
¿Por qué a las personas les gusta el horror?
Origen
El estudio de Vaughn apela a que la atracción hacia el género de horror tiene más relación con un componente intelectual que por causas sicológicas.
"Rarezas"
Esta teoría tendría un componente histórico, que data de la época en que los shows de los fenómenos sobrenaturales eran populares en el siglo XIX.
Estereotipos
La audiencia confronta estereotipos acerca de la diversidad y la discapacidad, lo que explicaría en parte la permanencia de ciertos prejuicios sociales.