Mabel González / Agencias
La campaña electoral española se cerraba ayer después de dos semanas de intensos debates y con una gran incertidumbre por los resultados de los comicios generales de mañana, por lo que los partidos ya empiezan a manejar la hipótesis de los pactos para formar Gobierno.
El alto nivel de indecisos, que una encuesta estatal cifraba en un 41% hace diez días, es un factor relevante a la hora de manejar con cautela los sondeos, que coinciden en que la victoria en las legislativas será para el gobernante PP (centroderecha), aunque muy lejos de la mayoría absoluta.
A partir de ahí todos son conjeturas sobre qué partidos ocuparán los siguientes lugares, entre el PSOE (socialista), Podemos (izquierda) y Ciudadanos (liberales).
Estos últimos días de campaña fueron un continuo ir y venir de rumores sobre quién sube y quién baja basados en supuestos sondeos internos, ya que legalmente no se pueden publicar desde el lunes pasado. Por eso, según EFE, es una incógnita el efecto del debate que ese mismo día celebraron el Presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, y el socialista Pedro Sánchez, en el que éste se mostró agresivo y por momentos incomodó al Mandatario. En todo caso, los cuatro partidos empezaron a hablar de pactos, aunque sea para alertar a los votantes sobre el riesgo de que sean otros los que lo hagan.
Eso justifica el llamado al voto útil para tener mayorías que eviten estar en manos de otros, un mensaje que se podía lanzar hasta la pasada medianoche, cuando se cerraba la campaña.
Hace unos días, Rajoy mostró su convicción de que el PP sea el partido más votado, pero admitió que un Gobierno en minoría lo tendría "muy difícil" para garantizar la estabilidad y sería necesario "algún tipo de acuerdo" más allá del apoyo en la investidura.
Rajoy no puso nombres a un eventual socio, aunque ayer mismo declaró que descarta al PSOE.
Si se deja fuera a Podemos -este partido y el PP se rechazan mutuamente-, la única opción sería Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, ha dicho en esta campaña, una y otra vez, que no votará a favor de ningún candidato a la Presidencia del Gobierno que no sea él mismo, ni formará parte de ningún Ejecutivo presidido por Rajoy o Pedro Sánchez.
Sin embargo, Rivera no se cierra a abstenerse para que gobierne la lista más votada, hipótesis que en principio favorecería al PP, si se cumplen las encuestas, pero que podría no ser suficiente si la suma de PSOE, Podemos y otros grupos supera los escaños de los populares. Mientras tanto, Pedro Sánchez intenta desestimar los pactos y reclama agrupar el voto progresista en torno suyo, un mensaje hacia los potenciales votantes de Podemos.
El líder de esta formación de izquierda es Pablo Iglesias, al que las encuestas atribuyen un fuerte crecimiento en las grandes ciudades, pero menor en los municipios pequeños, y que ha declarado que "estaría encantado de recibir los apoyos del PSOE para ser investido Presidente del Gobierno".
Hoy tendrá lugar la llamada jornada de reflexión, en la que 36,5 millones de españoles podrán decidir acerca del voto que emitan mañana.