Siendo la tradicional caleta marina y mercado de productos del mar -Angelmó- el principal símbolo de histórica identificación de Puerto Montt frente al país y el mundo, siempre será prioritario preocuparse de lo que le pase, sobre todo si se trata de dificultades que afectan la normalidad de su desenvolvimiento.

A sus necesidades de más espacio y de mejor equipamiento -lo que subsanará con el plan maestro de remodelación integral a la que pronto se someterá a la emblemática caleta-, se han hecho notar últimamente problemas en el ejercicio laboral dentro del mercado. Por cuanto, de acuerdo a lo denunciado por los locatarios residentes en Angelmó, han llegado a realizar ilegalmente actividades comerciales vendedores venidos de otras ciudades de la zona, que no están autorizados ni cumplen siquiera con las mínimas exigencias sanitarias. Situación que llevó, recientemente, a un centenar de comerciantes establecidos a tomarse el lugar por varias horas, exigiendo una mayor fiscalización que garantice legalidad y orden en el funcionamiento de ese principal centro turístico de Puerto Montt. El que debe relucir, -más aún por ese rango-, como un gran núcleo de agrado público y del más honesto y esmerada atención a quienes acuden a sus servicios y a disfrutar de su encantador paisaje marítimo.

Afortunadamente, llegaron a un acuerdo los trabajadores de Angelmó y las autoridades, entre ellas el administrador municipal, para que -en el corto plazo- en adelante se incrementen las tareas de control en un coordinado accionar policial, municipal y sanitario, además de actualizar la ordenanza municipal respecto del mercado y regular el horario de funcionamiento de la feria libre que se instala en el recinto los fines de semana.

Es imperioso preocuparse más de Angelmó, velando por la optimización de su funcionamiento humano y material, comercial y de servicios. En especial, porque representa la calidad turística que está adquiriendo Puerto Montt, hoy uno de los destinos preferido de turistas chilenos y del mundo.

Se acabó el tiempo en que la ciudadanía se conformaba por ejercer su derecho a voto cada 4, 6 u 8 años, se acabó el tiempo en que una clase política se entendía mandatada por esa ciudadanía para representarla en los intereses superiores de la nación y que podía esperar pasivamente hasta una nueva elección de representantes, de Presidente de la República, de senadores o diputados, de alcaldes o concejales. Tal como lo señalaba Eugenio Tironi en el desayuno organizado por la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Puerto Montt el viernes recién pasado, esos tiempos: "No volverán".

Hoy la ciudadanía ha madurado, se ha informado y organizado; y demanda respuestas directas e inmediatas a sus representantes y a sus autoridades. Es así por ejemplo, lo que ocurre, y con mucho justicia, con la comunidad de Alerce, que en forma organizada, exige mejoras de conectividad y calidad de vida y que tanto Puerto Montt, como el Gobierno están interesados en responder.

Las redes sociales, la tecnología, y en particular Google, han puesto a la distancia de un click, la respuesta y la información que los ciudadanos y ciudadanas, dirigentes sociales, grupos de intereses y movimientos culturales requieren. Es así, como en los últimos años, han sido justamente los hombres y mujeres de Chile, quienes han demandado una mejor y más igualitaria educación escolar y universitaria, y que también de la misma manera han venido en poner en duda y exigido discutir acerca de las reglas básicas que organizan nuestra convivencia. Nuestra Presidenta de la República Michelle Bachelet, dando respuesta a esa inquietud, y tal como lo hizo al restablecer gradualmente la gratuidad universitaria en nuestro país; hoy nos invita a que todos y todas discutamos acerca de los fundamentos básicos que queremos darle a nuestra convivencia futura, que todos y todas, estudiantes, universitarios, profesionales, técnicos, mujeres y hombres, nacionales o residentes, que seamos de la ciudad o del campo o de un territorio insular, sin importar si estamos en el exterior o en nuestra patria, todos y todas, en conjunto podamos hacer ciudadanía y encontrarnos para definir las bases de lo que debiera ser una constitución, capaz de darle cabida a nuestra propia forma de entender la democracia, y así definir los valores centrales, los derechos y deberes que deben ser reconocidos como base de nuestra convivencia social.

Ese el es objetivo de la constitución, establecer el marco fundamental, la modalidad básica de convivencia dentro de nuestro país. El proceso constituyente que se inicia, y al cual están todos y todas llamados y llamadas a participar, comienza justamente con un sólo click del computador, en la misma web se puede dejar testimonio de nuestras ideas, o bien inscribirnos para participar en Encuentros Locales, con nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo, miembros de nuestra junta de vecinos, o cualquier otro grupo asociativo, para que ese debate pueda luego formar las bases ciudadanas de la constitución que entre todos y todas definamos.

El llamado ahora es a inscribirse, el llamado es ahora a participar en este hecho histórico, en esta primera vez en la historia de nuestro país en que la ciudadanía incidirá directamente en el contenido que deberá tener nuestro texto constitucional.

Leonardo de la Prida

Intendente de la Región de Los Lagos