Falta de planificación, recursos y monitoreo: cóctel perfecto para ser arrasados por El Niño
TRAGEDIA NATURAL. Pese a que organismos de importancia mundial como la Nasa, habían previsto -con meses de anticipación- un fenómeno climático más agresivo que nunca, hoy la región lamenta una crisis que pareció llegar de golpe cuando casi nadie la esperaba. ¿Qué pasó?
Por estos días se calcula en más de 7 mil las familias afectadas directa o indirectamente por la crisis que generó el arribo "inesperado" de la floración algal nociva, más conocida como Marea Roja, y que tiene a gran parte de la región en crisis con rutas tomadas, suspensión de clases y desabastecimientos de diversa índole.
Los expertos aseguran que controlar el arribo del alga contaminante es una ilusión; sin embargo son conscientes que una planificación y control más estricto de las condiciones del mar, hubiesen evitado enfrentarse al panorama actual.
¿Pero qué condiciones llevan a tener que sólo reaccionar ante la catástrofe y no haberla controlado antes? ¿Falta de voluntad política? ¿No existen los recursos? ¿No hay profesionales capaces?
"Se trata de falta de planificación en el sentido más amplio. Falta de recursos destinados a investigación oceanográfica y ausencia de redes de expertos que se dediquen tanto a estudiar estos temas como a asesorar permanentemente a quienes toman las decisiones", asegura la doctora Cristina Rodríguez, quien es responsable de proyectos de aplicaciones de imágenes satelitales de Mariscope Ingeniería.
Una opinión que comparte, con matices, Daniel Varela, experto del centro I-mar de la Universidad de Los Lagos: "Creo que en parte es falta de recurso humano suficiente y calificado".
Godzilla ataca
En lo que no parece haber lugar a dudas es en la influencia del llamado "Niño Godzilla" en la catástrofe que se observa en nuestras costas.
"Claramente El Niño de este año está causando fenómenos extremos en otros lugares, el problema es que aquí no se planificaron a tiempo estudios especiales en esta época. Los avisos de la Nasa eran claros sobre las anomalías de este año. Aunque no podamos evitar estos fenómenos, sí podemos tratar de comprenderlos para estar mejor preparados", agrega Rodríguez.
La predicción de los estadounidenses, a mediados de agosto del año pasado, fue al menos alarmante. "Se trata de El Niño más fuerte desde 1997 (...). Si eso sucede, veremos una transferencia dramática de calor de las aguas del oeste del Pacífico a las del Pacífico central y oriental. En esas condiciones se pueden alterar los patrones de temperatura y precipitaciones en todo el planeta", apuntó a la BBC William Patzert, experto de la Nasa.
Anunció además inundaciones en Norteamérica, sequías extremas para Asia, inviernos gélidos para Europa, huracanes en el trópico y, claro, aumento de temperatura en los mares de Sudamérica. "Si la temperatura del agua permanece inusualmente alta se produce un colapso en las capturas de pesca, lo que puede impactar en las economías de esos países", advertía.
De brazos cruzados
Cabe preguntarse si hay algún método que se pueda aplicar para evitar la crisis derivada de la paralización de la extracción de los recursos marinos.
En este sentido, y más allá de lo que realiza el Instituto de Fomento Pesquero, Ifop (ver recuadro), pareciera que establecer un sistema bajo las condiciones de nuestro país, es la única solución para el futuro.
Esto, pues "la extensión y complejidad geográfica en la que se da este fenómeno en Chile, tiene pocos ejemplos en el mundo (...). Sin embargo, dado el fenómeno actual, debemos mirar también lo que ocurre en mar expuesto", confirma Varela.
"Chile es un país distinto por lo que para dar una solución 'parche', copiando incorrectamente algo, es preferible implementar un programa de monitoreo permanente adaptado a la costa chilena, que es muy diferente a la de otros países", recomienda la científica de Mariscope.
De todas formas, ¿se puede observar algún otro ejemplo que sea exitoso? "La experiencia de las costas este y oeste Estado Unidos pueden ser de utilidad", reflexiona Varela.
Sobre la falta de un gran organismo que se encargue de monitorear la aparición del alga Alexadrium catenella, el doctor en Biología del Centro I-mar, Alejandro Buschmann, asegura que "si nosotros queremos tener una actividad económica regional, donde uno de los componentes fuertes sea la acuicultura y la pesca, hay que tener un sistema que nos permita recopilar información, sistematizarla y modelarla para que nos entregue capacidades para adelantarnos a estos fenómenos".
"Si hubiera un cuerpo regulador en la Región de Los Ríos podría adelantar la existencia de una Marea Roja y decirle a los pescadores locales: 'Hagan extracción de sus peces, congélenlos y si son pequeños productores podrán venderlos más adelante y mitigar la falta de extracción que tendrían en el futuro. Se puede al menos adelantarlos en días o semanas. Un país que invierte el 0,3% de su PIB en I+D, está condenado a ser subdesarrollado", agregó quien destaca en las líneas de investigación de Ecología Costera y Cultivo de Algas.
"Lamentablemente si las políticas son reactivas por muchas advertencias de expertos nacionales o internacionales, no se realizarán las acciones. Pero hay esperanza porque los hechos de este año justifican cualquier cambio para mejorar los sistemas", es la reflexión final de la doctora Rodríguez.
¿Y el Ifop?
El Instituto de Fomento Pesquero inició los Monitoreos de Marea Roja en la Región de Magallanes y Antártica Chilena por el año 1994. Ya en el 2006 extendió sus asuntos con el programa denominado "Manejo y Monitoreo de las Mareas Rojas en las Regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes", financiado por la Subpesca, que, sin embargo, no ha sido suficiente para pesquisar a tiempo crisis como la de hoy.