Las cifras de desempleo conocidas la semana pasada, comienzan a instalar en la agenda de la región para los próximos meses, el problema de la cesantía. Porque si bien el dato duro sigue manteniendo a la zona por debajo de la media nacional, sí hubo un aumento considerable respecto del trimestre anterior, lo que anticipa un futuro complejo.
Porque según los más críticos, las actuales cifras no reflejan lo que está sucediendo en la calle, pero peor aún, es que hay consenso que las mediciones venideras, sí van a dejar de manifiesto los reales efectos -hasta ahora-, de la Marea Roja.
De hecho, en la edición Domingo de este Diario, varios dirigentes de la Pesca Artesanal de la zona, expresaron su preocupación por lo que puede suceder en los meses venideros, conforme el proceso de detoxificación de los mariscos sea más lento de lo esperado, lo que sumado a la parcial reapertura de la zonas afectadas más la veda de ciertos moluscos como el loco, conforman un escenario difícil de sobrellevar. Al punto que los dirigentes coinciden en señalar que más que bonos, lo que necesitan es poder trabajar; en clara alusión a posponer el inicio de la veda biológica del loco hasta septiembre al menos, para tener tiempo de sacarlo cuando corresponda, y comercializarlo adecuadamente.
Porque no es menos cierto que los pescadores ya cumplieron cuatro meses sin trabajar y si proyectamos el actual escenario, evidentemente no hay bono que aguante.
De manera que urge comprobar el real estado de avance de las mesas de trabajo que se instalaron para superar los efectos de la Marea Roja, y anticiparse a la crisis que ya está entre nosotros, porque el desempleo será creciente y las consecuencias sociales de ello, son siempre muy complejas de manejar, una vez instaladas entre la población.
Se necesita reconvertir a mucha gente, agilizar la puesta en marcha de nuevos planes de empleo; hay que fortalecer las alianzas público-privadas que se puedan llegar a hacer para enfrentar esta crisis y proyectar la región productivamente hablando, más allá de las bondades del mar, del cual hemos vivido por tantas décadas. Porque como también está dicho, la Marea Roja llegó para quedarse, y sin ir más lejos, las proyecciones para la primavera venidera, no son mucho mejores, en el sentido que el escenario que se proyecta es incierto, y con una fuerte tendencia a contar nuevamente con temperaturas más altas de lo normal, producto del cambio climático que está afectando al mundo entero.
En consecuencia, lejos de olvidar los efectos de la Marea Roja, hay que atender la crisis social en ciernes que está por venir.