Correo
Falta de humanidad
El día 16 de agosto, vi cómo un perro se desangró hasta morir en mi población en Puerto Varas, por culpa de un automovilista irresponsable. Vivo en esa ciudad y ese día varias madres pensamos que si algunos de nuestros hijos hubieran estado en esa calle, a esa hora jugando, aquél conductor no hubiera tenido piedad y el niño hubiera acabado igual que el perro, muerto.
Este perro -de todos y a la vez de nadie-llegó a nuestra población hace 4 años, callejero, tuvo muchos nombres, varios tratamos de "aguacharlo" sin resultado. Muy querendón con los niños, acompañaba a los adultos a tomar el bus o cuando caminaban a casa. Yo era una de esas personas a quienes él acompañaba. Los vecinos lo alimentaban y dormía en casas distintas todas las noches.
A eso de las 19.00 horas., yo estaba en mi casa, sentí un golpe muy fuerte y un grito de perro, salí a la calle y él estaba allí, aparentemente solo con la cadera rota a mi parecer. Unos minutos más tarde, a medida que los vecinos iban llegando, nos dimos cuenta que un costado estaba destrozado y botaba mucha sangre. Según un veterinario que lo vio antes de fallecer (también vecino), dijo que tenía los pulmones reventados, que el auto debía haberle pasado por encima (y eso que era un perro grande). Allí estuvo agonizando y la vereda donde se encontraba se fue cubriendo con sangre. Por suerte, murió acompañado. Era una escena donde niños y adultos lloraban por igual. Terminamos enterrándolo en la plaza, donde solía jugar con los niños. No tuvimos corazón para dejarlo en un basurero. La reflexión es que debemos poner más cuidado al manejar. Hoy fue un perro, mañana puede ser un niño y el conductor -como en muchos casos pasados- va a desaparecer haciendo gala de irresponsabilidad e inhumanidad (y nos llaman seres humanos). Qué más pedimos, si diariamente aquellos que atropellan personas -sus pares, misma especie- los dejan botados como basura desangrándose sin auxiliarlo o siquiera llamar a la ambulancia antes de fugarse.
Si matan personas, ¿qué más espero que hagan con los animales? Tal vez, esta pregunta podría reformularse a lo siguiente: si matan animales, ¿qué más se espera que hagan con sus pares?
SANDRA LOEBEL MATUS.
¿Es Chile un país solidario?
El pasado 18 de agosto, se conmemoraron 64 años de la muerte del Padre Hurtado. Es por ello que se instauró el mes de agosto como el Mes de la Solidaridad.
San Alberto Hurtado ha inspirado a muchos hombres y mujeres a luchar por las injusticias sociales. En este contexto, me hago la siguiente pregunta: ¿Es Chile un país solidario?
Apresuradamente, podríamos decir que nuestro país es solidario y que así se ha demostrado cuando grandes tragedias, naturales y humanas, nos han azotado. Sin embargo, en lo cotidiano, considero que no somos solidarios. Hoy, el ejemplo de vida del Padre Hurtado se encuentra más vigente que nunca, toda vez que constituye un llamado de atención para que jóvenes, profesionales, políticos, sacerdotes y todos aquellos que se desempeñan en las más diversas áreas del quehacer nacional, sean críticos y adopten una posición activa en la ayuda cotidiana al prójimo. Considero que tenemos la responsabilidad de ayudar en la cotidianidad, que debemos ser capaces de luchar con nuestro egoísmo y salir al encuentro de los demás. Hoy, no basta con demostrar nuestra conciencia social a través de las redes sociales, sino que tenemos la responsabilidad de actuar y generar espacios concretos de ayuda. No tengo la más mínima duda de que existen miles de hombres y mujeres capaces de comprometerse y entregar más, y de esa forma, tal vez, podremos volver a soñar con un mejor país, más justo y más comprometido.
PABLO NÚÑEZ CONTRERAS. Presidente Corporación Reconcilia Chile. Abogado, Contraloría Regional de Los Lagos. Profesor de Derecho Político, Universidad San Sebastián.
Justicia permisiva
Viendo una película, me llamó mucho la atención la siguiente frase:
"La indulgencia aumenta la delincuencia".
Inmediatamente, consideré que le calzaba como anillo al dedo a las resoluciones que toman nuestros jueces frente a la delincuencia.
La delincuencia -en todos sus grados- se ha ido incrementando "gracias" a lo blanda y permisiva que es nuestra justicia.
A diario, vemos en los tribunales del todo el país un desfile de delincuentes, que entran y salen con la cara llena de risa, pues están más que claros que su detención es un mero trámite y -como dice un tango-: da lo mismo ser honrado que ladrón...
JORGE VALENZUELA ARAYA.