Analizan medidas que permitirían mitigar efectos de estrés calórico en ganado bovino
CAMBIO CLIMÁTICO. Productores se preparan para el verano, cuando suben las temperaturas y es mayor la exposición al sol del rebaño, que cambia su comportamiento y baja la producción.
Entre enero y febrero de cada año, se producen condiciones ambientales que impactan negativamente en el bienestar del ganado bovino, especialmente el destinado a la producción láctea.
Las altas temperaturas, combinadas con la humedad relativa del aire, contribuyen para generar estrés calórico en las vacas.
Cuando el animal está sometido a esa condición, cuando genera más calor del que puede disipar, se le dificulta su habitual rendimiento productivo, con las evidentes pérdidas económicas. Ello va acompañado de un cambio en su comportamiento, que se observa en una menor rumia, mayor consumo de agua, bajo consumo de alimento seco, además de buscar sombra y pisos húmedos, entre otras.
Eduardo Schwerter, presidente de Agrollanquihue, admite esta realidad "que viene cobrando mayor importancia en los últimos años, producto de las severas condiciones climáticas estivales que hemos enfrentado en el sur".
Expertos de diferentes instituciones ligadas a la actividad han estado trabajando en la forma de mitigar este impacto.
Schwerter propuso entregar agua de bebida limpia y fresca a los animales, así como en cantidad adecuada.
A ello, el dirigente sumó el uso cada vez más común de sombreaderos naturales, que se consigue mediante "cortinas de árboles, distribuidas por los potreros". En caso de no conseguirlo, recomendó "construir techos u otras estructuras en los patios de espera de las salas de ordeña".
Bienestar animal
Desde 2014 que el Consorcio Lechero está desarrollando el programa de Bienestar Animal, que considera como una de sus acciones el trabajo junto a los productores lecheros, para aplacar las consecuencias del estrés calórico en sus manadas.
Sebastián Ganderats, gerente de esa entidad, reconoció que si bien en la zona sur existen condiciones naturales para atenuar ese impacto, también están trabajando en alianza con una empresa especialista en equipos de ordeña y soluciones para productores.
"Hay predios donde hay bosques y otros espacios que no son solamente praderas. También tenemos tecnología que nos ofrece un socio, que es DeLaval, que propone incorporar humedad en forma de aspersión en las salas de espera, ventilar las salas de ordeña y acortar los tiempos de espera previo a la ordeña", detalló.
El ejecutivo enfatizó que mediante la incorporación de aspectos tecnológicos y de manejo "permitiría tener animales menos expuestos, mitigar los efectos en caso que tengan que estar expuestos al calor y reducir los tiempos de espera".
Expuso que aunque no existen datos a nivel país, están impulsando la recopilación de datos junto al INIA y con esa empresa, mediante la incorporación de sensores en las vacas. "Esto está permitiendo medir el impacto productivo del estrés calórico", aseguró.
En la reciente presentación de los resultados del proyecto de Bienestar Animal, realizada en Puerto Varas, lanzaron un programa que permite establecer si un animal está sometido a ese estrés, lo que se establece mediante la información de temperatura, humedad y peso de la vaca.
Altas temperaturas
El subsecretario de Agricultura, Claudio Ternicier, quien participó en ese evento, expuso que este tema adquiere mayor importancia en la Región de Los Lagos, luego de dos años consecutivos con déficit hídrico estival y una caída en las precipitaciones de invierno.
El cambio climático, agregó, está influyendo de manera importante en ello, especialmente las altas temperaturas, "porque no habíamos tenido registros como los del año pasado. Esto es fatal, tremendo para el animal que está acostumbrado a cierto rango de temperaturas, para que pueda expresar todo su potencial productivo".
Para Ternicier es clave establecer la forma de aminorar el efecto de estas condiciones climáticas, lo que -sugirió- se puede lograr a través de "manejos simples", como sombreaderos para animales.
"Mediante la instalación de cortinas, que además son muy efectivas filtradoras de rayos solares, logramos disminuir el estrés calórico de forma relevante en los animales, haciendo que se manifieste su productividad en los niveles que tiene que hacerlo", aseguró.
Cuantificar el impacto
Durante el año, el INIA ha definido el problema en las macrozonas lecheras del país, a partir de registros obtenidos a través del portal de internet www.agromet.inia.cl.
Entre 2015 y 2016 han implementado experimentos dirigidos a cuantificar el impacto en sistemas pastoriles tradicionales de la región. En ellos, consideraron alternativas de manejo para reducir ese efecto bajo condición de pastoreo, información que se espera entregar antes del próximo verano.
La determinación de zonas de mayor o menos estrés calórico permitirá establecer los riesgos de ocurrencia de eventos de este tipo, cuantificando el momento del año en que suceden, su frecuencia, intensidad y duración.
Con esa información, el productor ganadero quedará en condiciones de evaluar qué medidas de manejo se adaptan de mejor forma a su realidad, para aminorar los efectos sobre el negocio ganadero.