Llega septiembre, el Mes de la Patria. Banderas tricolores al viento, música criolla, volantines en el cielo, asados y celebraciones. La alegría popular se manifiesta con múltiples expresiones. En esta fiesta nacional, sólo un minuto basta para transformar la alegría en dolor. Más allá de cifras, controles carreteros, boquillas de alcohotest, ambulancias que toman la alcoholemia y el llamado de las autoridades a la prevención, la solución siempre pasa por la responsabilidad individual. Lamentablemente en este septiembre ya partió de un ciudadano de Puerto Montt víctima de un fatal atropello en la ruta a Pelluco, entregando con su vida una clara alerta de lo importante que es la responsabilidad y el autocontrol. Pero no es tarde para seguir evitando accidentes que dejan víctimas fatales o lesionados que deben seguir sus vidas con serias secuelas. No hay una acción más efectiva para prevenir los accidentes que la responsabilidad individual, la vieja frase "si va a conducir, no beba" en estas fechas cobra más fuerza y sentido. Muchos confunden el llamado a la responsabilidad con evitar las celebraciones y la realidad apunta lo contrario. Se puede pasar las Fiestas Patrias en Familia, en casa, con amigos e incluso en los espacios establecidos como fondas, peñas y ramadas. Lo que no se puede hacer es colocar en riesgo la integridad de nuestras familias y la de otros ciudadanos inocentes al conducir en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol. Es en esta instancias donde el amor por nuestros seres queridos se hace carne, al dejar las llaves si uno a a beber, en un acto de protección de nuestra propia familia. Este llamado no es exclusivo para los conductores. Muchas de las víctimas de los accidentes registrados en estas celebraciones corresponden a peatones que transitan en caminos rurales, con poca iluminación y escasa visibilidad. Para ellos el llamado es a utilizar medidas de seguridad como chalecos reflectantes, señales luminosas y transitar adecuadamente por la berma, porque en Puerto Montt no sobra nadie.
Por Jaime Brahm Barril,
ex intendente de la Región de Los Lagos