Inevitablemente, la intervención a que se acaba de someter al antiguo sauce, frente al acceso del puerto local, y que forma parte del patrimonio histórico y ambiental de Puerto Montt, trae a la memoria otro gran ícono marítimo nuestro: el Monumento al Hombre de Mar, también removido en 1985 de ese lugar, por efectos de la remodelación urbana, tal cual como ocurrió años antes (1962) con la añorada casa de botes en Angelmó, que tampoco nunca fue repuesta.
La calamitosa imagen del sauce, frente a la entrada del recinto portuario, insta a la reflexión sobre este tema. Desde luego, rememorar que ese bello árbol formaba parte del conjunto o alegoría artística, que en ese lugar (una suerte de triángulo en la confluencia de calle Chorrillos y Avenida Diego Portales) se erigió en honor al Hombre de Mar, encarnado en el capitán mercante Luis Alcázar Aros. A quien, en 1964, en una imponente y emotiva ceremonia, en presencia de las más altas autoridades de aquel entonces y la comunidad, se le homenajeó por su dilatada trayectoria marinera y distinguidos servicios en el transporte marítimo sur austral. E incluso hasta una nave regional se bautizó con el nombre de ese ejemplar oficial de Marina Mercante.
¿En qué consistía el Monumento al Hombre de Mar? En primer lugar, -a instancias de las autoridades de la provincia y la ciudad puerto, como de entidades afines a la dinámica marítima-, quien la ideó o creó (1964) fue el afamado artista plástico puertomontino Manuel Maldonado Barría, internacionalmente conocido como Manoly. El monumento estaba constituido por un hermoso faro, de visible silueta; una pileta de agua y colorido jardín; además de una artística roca, donde estaba inserta una placa que testimoniaba el suceso acontecido en reconocimiento al capitán Alcázar, y había un gran mástil con nuestro emblema nacional. Y, adornando toda este hermoso emblema, estaba el llamativo sauce, su esplendoroso verdor y grata sombra. A este conjunto se le denominaba también Plazuela Capitán Alcázar.
Hace un par de años, se intentó rescatar este patrimonio. Hasta una mesa de trabajo hubo para reconstruirlo... Pero hoy, si no es por el sauce atrofiado de la foto, nadie se acordaría de esta injusticia histórica que tanto ha costado reivindicar.