El tiempo se detuvo para 15 familias en Punta de Capitanes en la costa de Fresia
NECESIDADES. La principal fuente de sustento es la pesca y la agricultura. La primera no la pueden ejercer por la presencia de Marea Roja, y siguen esperando la conectividad terrestre.
Sólo por mar o aire se puede acceder a Punta de Capitanes, que hasta hace algunas décadas ni siquiera estaba en los mapas, algo que sus habitantes han logrado cambiar, incluso con la elección de un concejal que los va a representar en el cuerpo colegiado de Fresia.
Llegar a Punta de Capitanes, la localidad más alejada del mundo urbano en la provincia de Llanquihue, se convierte en una gran travesía.
Las autoridades lograron acceder a este punto de la costa del Océano Pacífico en el buque Micalvi. El viaje se extendió por más de 8 horas.
La llegada de las autoridades fue propicia para los residentes, 15 familias, con más de 60 personas.
La principal dificultad dada a conocer por los habitantes es la falta de conectividad. Por tierra existe una huella por la llamada cordillera del Sarao, pero deben pasar por un cerro de mil metros, lo que es un riesgo latente de accidente, especialmente en época de invierno.
Una vez realizado el cruce, son entre 8 a 10 horas para llegar al sector Esperanza en Fresia. La zona fue recorrida a caballo por el gobernador Juan Carlos Gallardo, palpando en terreno la dura realidad.
Pesca
Fredy Alvarado es pescador artesanal y bentónico. Ejecuta esta labor junto a sus dos hijos mayores de edad. Su familia está radicada en esta zona desde principio del siglo pasado y esta es la quinta generación.
Para Fredy la vida es tranquila, pero todo alejado de los principales servicios, como la salud. "Queremos cuidar lo nuestro, y nadie se quiere ir de acá, aunque no nos tomen en cuenta, porque esta es una hermosa caleta, donde incluso existe cabida para el turismo, preservando nuestros recursos naturales", señaló.
Los habitantes de Punta de Capitanes no cuentan con señal de teléfono celular, sólo un satelital y el minuto le cuesta $1.500.
Para Fredy Alvarado, se necesita voluntad política para solucionar algunos temas que ayudarán a los vecinos de esta zona. "Yo no creo en la Marea Roja, aquí lo que existe es contaminación química, nosotros consumimos nuestros mariscos y no tenemos problemas", anotó.
El pescador reclamó además porque al 20 por ciento de los pescadores de Punta de Capitanes no les ha llegado el bono. En este punto costero de Fresia, existen cuatro sindicatos de pescadores y tres de ellos son temporeros.
Libertad
Clara Caro, vecina de Punta de Capitanes, dijo que era feliz viviendo en este lugar. "Los niños tienen libertad, aprenden a cuidar sus recursos, es una tranquilidad única. Mi esposo no ha podido salir al mar, por la restricción por la presencia de Marea Roja".
Para el gobernador Juan Carlos Gallardo, prácticamente no hay conectividad terrestre, por lo que las brechas a los servicios básicos son enormes.
"Esta es la primera vez que se realiza un despliegue tan completo y multidisciplinario de un equipo de profesionales de 14 servicios públicos, nuestro principal objetivo y el mandato que hemos recibido de la Presidenta (Michelle) Bachelet es que a través de esta visita en terreno poder contribuir a mejorar las condiciones de vida de las familias de Punta Capitanes, identificando soluciones al alcance de la institucionalidad, de acuerdo a las demandas de la comunidad" aseveró.
Marco Antonio Alvarado es el primer concejal electo con domicilio en Punta de Capitanes. Fue elegido tras participar en el proceso del 23 de octubre militando, en la Democracia Cristiana.
El objetivo del edil es preservar toda esta zona.
"Esto es un logro familiar y del sector, con la mentalidad que todo se puede; esto es una demostración que si se pueden hacer cosas, porque es un lugar tan pequeño y aislado, además que es la única caleta de pescadores que tiene Fresia", manifestó.
Sonia Alvarado, presidenta de la comunidad indígena Altue, agradeció la posibilidad de poder manifestar a las autoridades las necesidades que presentan en este lugar.
"Ya dejamos de ser el patio trasero de Fresia. Ahora nos estamos sintiendo tomados en cuenta, porque acá es un paraíso, en el pueblo la gente se estresa. Agradecida en forma infinita de todas las autoridades que nos visitaron, porque nos dejan tranquilos".