Algo que no deja de ser importante e influyente -en los imperativos urbanos de una mayor fluidez, seguridad y descongestión del complicado tránsito puertomontino-, es la consideración de la conectividad no tradicional como un interesante aporte a esa finalidad.
Por ello es que sería muy conveniente que el nuevo Concejo Municipal de Puerto Montt, que inicia sus actividades con especial entusiasmo y dinamismo, retomara el modernizador proyecto de habilitación de funiculares, que enlacen el sector céntrico de la capital regional con las altas terrazas (cerros) de la ciudad, que se han venido transformando en los últimos años en relevantes y dinámicos centros administrativos, bancarios y comerciales.
Es prioritario, sin duda, abrir nuevas alternativas de desplazamiento ciudadano en nuestro escarpado puerto, -de estrecha explanada junto al mar y de empinada configuración geográfica- como las que reportan los ascensores, funiculares e incluso los teleféricos (en el caso del acceso a la isla Tenglo).
Al mismo tiempo, el señalado innovador medio de transporte, además de contribuir a descongestionar nuestro colapsado tránsito, surge como una eficiente fórmula para contrarrestar el peligro que representan las escaleras, teniendo en cuenta que el porcentaje de peatones que las utilizan es inferior al de quienes usan la movilización ya sea particular o colectiva.
Cabe recordar que el proyecto de implementación de medios de conectividad no tradicionales, ha sido estudiado por la Municipalidad en otros períodos. Instancia que, naturalmente, ha despertado esperanzadoras expectativas entre los potenciales usuarios y porteños en general. Lo que, lamentablemente, después se diluye u olvida con los cambios edilicios. En circunstancias que propuestas de esta envergadura, deberían continuar comprometiendo también a los alcaldes y concejos municipales, que las idearon y propusieron; así como igualmente a las nuevas autoridades comunales, confiriéndoles el mismo tratamiento que se les concede a los proyectos de dimensión estatal.