Cómo los incendios han dañado a la industria vitivinícola patrimonial
TRADICIÓN. La Región del Maule perdió hectáreas de cultivos con más de un siglo de historia, mientras que el afamado Valle de Colchagua permanece en alerta por la influencia atmosférica del fuego, que afectaría la calidad de la producción, entre otros daños.
Durante 2016, Chile exportó 445 millones de litros de vino embotellado, lo que se traduce en US$ 1.376 millones.
La recurrente solicitud de cepas nacionales se debe a la generosa crítica recibida, que en 2016, inclusive, dio al Cabernet Sauvignon de Viñedo Chadwick la categoría de vino perfecto, según Forbes. Las parras que dan origen a este caldo, junto a otras cuya producción no es masiva, pero sí ampliamente cotizada gracias a historias centenarias, están ubicadas entre las regiones de Valparaíso y Maule, donde los incendios de los últimos días han acabado con 108 hectáreas de cultivos y amenazan a 2.714 más, de acuerdo al último reporte de la Asociación de Vinos de Chile.
Patrimonio
La pérdida se concentra, hasta el momento, en viñas de pequeños productores, varios de ellos con extracciones centenarias, como es el caso de Vid Seca, la sociedad vitivinícola de Cauquenes, en la Región del Maule, la cual ha perdido 90 hectáreas entre las llamas.
Entre los afectados de esta zona figura la Viña San Clemente, cuya producción comenzó hace 120 años y en la emergencia ha perdido siete hectáreas.
Rendimiento
Dada la antiguedad de las plantas, su rendimiento por hectárea no supera las seis toneladas de fruta, pero estas provienen de las especies que otorgan identidad a las botellas nacionales en el extranjero, las cepas país y carignan.
Una botella de esta última cepa, en el mercado nacional, cuesta entre $14 mil y $80 mil, razón que concentra a los productores en su cuidado. Por ejemplo, el carignan de Viña San Clemente es cultivado sin riego artificial, solo con las lluvias, y la uva se cosecha a mano para luego entrar en fermentación por 18 meses y permanecer un año embotellado en las bodegas, según narra la casa vitivinícola en su página web, donde lo anuncia como producto estrella.
En el Valle de Aconcagua, en la Región Metropolitana, existen campos de Viña Errázuriz, marca que data de mediados del siglo XIX y mantiene 15 hectáreas amenazadas por el fuego.
Valle de colchagua
El Valle de Colchagua, ubicado en la Región de O'Higgins, es conocido por la producción de Carmenère, Syrah, Malbec y Cabernet Sauvignon, que continuamente sobresalen en los rankings mundiales y la revista Wine Enthusiast le otorgó el premio "Wine region of the year award 2005", consagrándolo como la mejor zona vitivinícola del mundo ese año. Esto, dado que su clima mediterráneo solo existe en la costa de aquel mar, la de California, el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica; y la costa sureste australiana.
A manos del fuego, Colchagua ha perdido más de siete hectáreas de cultivos en los incendios, pertenecientes a las casas Montgras, Marchigue y Villalobos, además de producciones caseras que suman sobre dos hectáreas.
Otros valles
En el resto del país, de acuerdo a la información levantada por la Asociación de Vinos de Chile, el Valle del Maipo, en la Región Metropolitana, reportó diez hectáreas perdidas.
En Itata y Biobío "existirían focos de incendios activos que podrían afectar a pequeños viticultores, pero aún no contamos con información oficial", señaló el gremio.
Daño sensorial
A lo largo del país, 2.714 hectáreas dedicadas al rubro vitivinícola permanecen en alerta por los incendios, a causa del daño silencioso que generan sobre las parras, como "bajo la superficie de la corteza de la planta, es decir, el calor radiante causa daño o muerte de la planta sin daño externo obvio", señaló el agrónomo y enólogo de la Universidad de Chile, Álvaro Peña, en un paper publicado a causa de la contingencia.
"Los vinos elaborados con uvas expuestas al humo durante etapas de crecimiento sensibles pueden presentar sabores semejantes a la carne ahumada", agregó Peña, lo que repecutiría en la valoración del mercado internacional.