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Ya es una tradición en Carelmapu, las actividades anexas a la procesión de la Virgen Nuestra Señora de la Candelaria, las que convocan una multitudinaria manifestación en el día de su festividad religiosa.

Se trata de los varios cientos de comerciantes ambulantes que se trasladan con varios contenedores de mercadería y la gran cantidad de establecimientos esporádicos que se levantan en torno a la Virgen de la Candelaria, cada 1 y 2 de febrero.

El comercio es lo que viene cambiando desde hace un par de años. Pero la novedad este año fue la masiva concurrencia a la procesión, ya que generalmente los fieles se esparcían en torno a los programas anexos y pocos seguían la procesión.

Mayor participación

Este año los peregrinos estuvieron mucho más espirituales. Muchos jóvenes con sus pequeños, muchos adultos mayores, discapacitados y enfermos recorrieron las 15 cuadras aproximadamente que se dio por el pueblo, instado a estar con la Virgen, "ante tantas cosas que están pasando", coincidieron algunas expresiones.

El padre Juan Martínez, luego de la misa de 12 que fue presidida por el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristian Caro, y de almuerzo, lideró la procesión por el pueblo, rezando el Rosario con sus respectivas estaciones.

Hubo oraciones dedicada a los mártires de Carabineros y Bomberos de los incendios forestales, como también por la gente que perdió sus viviendas.

Un tema sensible, el que no estuvo ajeno entre los sacerdotes y el arzobispo Caro, que incluso recién terminada la procesión se bendijo el agua que en esos momentos caía. "Es la bendición de Dios que viene de la naturaleza para la vida del hombre", sostuvo el padre Martínez.

La gente, comenzó a llegar en la tarde del miércoles para instalar sus carpas o alojamientos para participar en la procesión en el mar, la que comenzó con una animada misa folclórica por parte del conjunto folclórico San Pedro de Angelmó

Este tributo, dice el párroco de Maullín, padre Mirson Cayupel se inició a principio de los 80 con buzos y pescadores que querían homenajear a su Santa Patrona, la que resguarda el pueblo y la iglesia desde el siglo XV.

En el muelle la animación folclórica y típicos pasacalles, estuvo a cargo del conjunto folclórico Brotes de Angelmó, en todo el embarque y desembarque de la Virgen a la embarcación engalanada que la paseó por el mar y con los buzos que la escoltaron con antorchas encendidas, creando un espectáculo que la gente valoró.

Luego a las 8 de la mañana todos subieron al mirador de San Pedro, donde se ofició la misa del alba, continuando toda la mañana en misa hasta que llegó monseñor Cristián Caro que presidió la misa de mediodía.

Monseñor Caro, en su prédica, recalcó mucho el sentido profundo de educarse en la fe , "así se entiende la candela que lleva la Virgen, es la luz que deben tener todos los bautizados", dijo monseñor.

También sostuvo que esta es la luz que ilumina la familia en el sentido profundo, por lo que a cree que hay que iluminar a la sociedad que se está alejando del amor de Dios, haciendo leyes que atentan contra el amor de Dios, dijo en alusión a Ley del Aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo.

También instó a cuidar la naturaleza, lo que debe ser constante de todos los cristianos, apuntó el prelado.

Anexos

Se estima una concurrencia a Carelmapu de más de 30 mil personas en un peregrinar durante todo el día. De estas, unas cinco mil personas fueron las que siguieron la procesión. El resto, repletaron y agotaron todos los puestos de comidas, asados, merluzadas, empanadas, anticuchos.

Las casas, los hogares, se convierten en cada fiesta de la Candelaria en restaurantes improvisados, los que se encontraban llenos y con mucha espera.

Después de almuerzo y después de concurrir a alguna misa, llegó el paseo por la "avenida" de los ambulantes con mercadería, menaje de casa, artículos para automóviles como los logos metálicos, artículos para equipos de celulares, computadores, herramientas, juguetes de todo tipo, frutas, verduras, ropa deportiva y de calle, productos eléctricos, para la cocina, ropa de cama, parkas, zapatos, y hasta insinuantes baby dolls.