Tijuana es la ciudad fronteriza con Estados Unidos que más inmigrantes está recibiendo. Se concentran en refugios o casas de sacerdotes y no solo son mexicanos, sino que también hay haitianos, guatemaltecos y, en general, centroamericanos que esperan una oportunidad para cruzar la frontera y buscar una mejor vida. A esos miles de inmigrantes comenzarán a sumarse otros cientos de miles de deportados, luego de conocerse la nueva política para expulsar indocumentados que impulsó Donald Trump, por lo que en Tijuana temen que la ciudad colapse de deportados.
Aunque los voceros del gobierno estadounidense advirtieron que las nuevas medidas para deportar ilegales no perseguían el pánico, las autoridades mexicanas están preocupadas por las once millones de personas que, se calcula, están en esa condición, y que, no importando su nacionalidad, pueden ser devueltas por la frontera con México. Junto con aportar quince mil efectivos para capturar y expulsar a los indocumentados, el gobierno de Trump anunció que se podrá requerir papeles en la calle y que, de comprobarse alguna falta a la ley, el extranjero podrá ser deportado sin importar el grado de la falta o dónde se cometió.
3 mil haitianos
En los últimos meses del gobierno de Barack Obama se concentraron en Tijuana más de tres mil haitianos. Se han mantenido gracias a la acción de grupos cristianos que dispusieron camas, comida y baños. Patrick Murphy, sacerdote de la Casa del Migrante de Tijuana, donde funciona uno de los albergues, dijo a Univisión que la ciudad "de ningún modo o forma" está preparada para recibir más personas.
En Ciudad de México, los analistas no están seguros de si Estados Unidos puede obligar a su vecino sureño a aceptar deportados de otras nacionalidades, pero admiten que al menos Tijuana ya está colapsada.
"Estamos hablando potencialmente de centenares de miles de personas. Los haitianos, ¿cuántos serán? ¿Siete u ocho mil? Y ya está desbordada la situación. Imaginen una situación 10 o 15 más grande que eso. No hay recursos para recibirlos", dijo el analista Alejandro Hope.
El nuevo embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez, sostuvo una reunión con senadores de su país para analizar la situación y les dijo que "claro que son motivo de preocupación. Son motivo de preocupación para la Cancillería, para el gobierno y para todos los mexicanos".
"maquinaria extrema"
En su editorial de ayer, The New York Times" opinó que los lineamintos para el control migratorio son una "receta para abusos de la policía y para el perfil racial (...) Los inmigrantes tienen motivos para temer".
CITA EN MÉXICO
El canciller mexicano Luis Videgaray dijo que su país no aceptará decisiones unilaterales en materia de inmigración, en vísperas de una reunión de trabajo que sostendrá hoy con el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el de Seguridad Interior, John Kelly.
Ambos representantes esperaban arribar anoche a México para reunirse también con el Presidente Enrique Peña-Nieto, pese a las tensiones entre ambos gobiernos. Antes del viaje, Sean Spicer, vocero de la Casa Blanca, dijo que "es significativo que el presidente esté enviando a estos secretarios a México tan pronto. Es algo simbólico de la relación significativa que los dos países tienen", añadió.
Spicer dijo que entre los temas que abordarán los enviados están "mejorar la calidad de vida mediante el combate a los narcotraficantes y la búsqueda de formas de potenciar ambas economías con una relación más amplia, que promueva el comercio y la inmigración legal".
Mexicano se suicidó tras ser deportado
Era tercera vez que deportaban desde Estados Unidos al ciudadano mexicano Guadalupe Olivas. Estaba sobre el Puente México, en Tijuana, a una cuadra del control fronterizo por donde retornan los expulsados, cuando se arrojó al vacío y acabó con su vida. Tres testigos lo vieron caer en el lecho de un río seco y fue encontrado inconsciente junto a una bolsa con sus pertenencias , similar a la que la aduana estadounidense entrega a los indocumentados cuando los deporta. Olivas tenía 45 años y era oriundo de Sinaloa. Falleció en el Hospital General de Tijuana. La Fiscalía del Estado de Baja California abrió una investigación.