Colliguay: madre de lactante es condenada a cinco años de cárcel
SECTA. El Juzgado de Garantía de Quilpué descartó que los miembros de la comunidad hayan actuado bajo delirio místico, como sostiene la defensa.
A cinco años de presidio efectivo fue condenada ayer la madre del lactante de dos días que fue sacrificado en el cerro Colliguay, cerca de Quilpué, en noviembre de 2012, como parte de un supuesto ritual sectario que pretendía terminar con la vida del Anticristo.
Natalia Guerra, que arrojó a su hijo Jesús a una hoguera, fue declarada culpable del delito de parricidio en grado consumado por parte del Juzgado de Garantía de Quilpué, en la Región de Valparaíso, luego que éste descartara, en un juicio abreviado, que la joven haya actuado bajo delirio místico compartido con el resto de los condenados, como consideran las defensas.
"mal llamada secta"
La jueza del tribunal, Deisy Machuca, argumentó que todos los implicados tuvieron la capacidad de salir de la "mal llamada secta", según recogió Emol. "Una vez concretado el ilícito, los imputados siguieron en la comunidad y bajo los efectos de la ayahuasca", detalló la magistrada, al leer la sentencia contra los siete condenados.
La misma pena recibió Pablo Undurraga, considerado la mano derecha del líder del grupo, Ramón Castillo Gaete, autodenominado "Antares de la Luz", quien se suicidó en 2013 en Cusco, Perú. Undurraga fue declarado culpable de homicidio calificado en calidad de autor.
El juzgado dijo que, tras cometer el crimen, el sublíder de la agrupación tomó a su pareja, Carolina Vargas, y abandonó la comunidad, sin que haya sido obligado a regresar.
Otros miembros
Los otros miembros del grupo (María Pilar Alvarez, David Pastén, Carolina Vargas, Josefina López y Karla Franchy) fueron condenados a tres años de libertad vigilada intensiva, es decir, bajo la supervisión de Gendarmería, tras ser declarados culpables, en calidad de encubridores, del delito de homicidio calificado.
Sin sometimiento
La jueza consideró que ninguno de los miembros de la secta tuvo un fuerte grado de sometimiento a su líder, ya que todos podían moverse libremente.
La resolución señala, además, que la de Colliguay no era una "secta destructiva, pues la incomunicación y aislamiento necesario para ello no estaba".
De hecho, Machuca indicó que todo el grupo contaba con celulares y que Natalia Guerra tenía Internet y televisión por cable, por lo que tuvo la posibilidad de haber denunciado el hecho.
Vidas paralelas
El fallo también sostiene que todos los integrantes de la comunidad llevaban vidas paralelas y que aparentaban normalidad en sus trabajos, lo que no se condice con la postura de las defensas, que aseguran que los jóvenes no estaban conscientes de sus actos al momento del crimen.
Fiscalía se declara conforme con el fallo
El fiscal Juan Emilio Gatica manifestó su conformidad con la sentencia, junto con asegurar que fue "una investigación muy larga y muy acuciosa respecto de los hechos investigados, así también de la condición mental de todos los imputados". "(La jueza Deisy Machucha) consideró que los antecedentes que llegaron, tanto durante la investigación como los aportados por la defensa de solicitar la pena sustitutiva, no eran suficientes para otorgarlas", sostuvo el persecutor, tras la audiencia desarrollada ayer en el Juzgado de Garantía de Quilpué.