Con el paso de los años, se comprueba el irrefrenable incremento del parque automotor, que es consecuencia del crecimiento demográfico, producto del vigoroso desarrollo de Puerto Montt. Lo que, lamentablemente, no cesa de repercutir en un tránsito cada vez más complicado y que a estas alturas está colapsando en las etapas de mayor tráfico vehicular diario. Lo que sinónimo de una calidad de vida preocupantemente afectada por esta situación, que no es tan simple de superar.
Entre las fórmulas de contribución a solucionar esta deficiencia urbana, se han tenido y tienen en cuenta obras de adelanto en materia de conectividad. Entre ellas, la nueva doble vía costera en construcción entre Puerto Montt y Pelluco, el proyecto de reposición ferroviaria entre Alerce y Puerto Montt, el plan de habilitación de movilización náutica ribereña, el proyecto de optimización de la ruta a El Tepual y otras opciones de apertura de calles que ameritan un buen estudio. A lo que podríamos agregar algunas ideas -cada vez más socorridas- sobre la aplicación de medios de transporte no tradicionales, como ascensores, funiculares, teleféricos y escalas mecánicas, tratándose de un puerto tradicional de empinada configuración geográfica.
Tampoco se descarta la iniciativa de aplicación de horarios de restricción vehicular, que cobra cada vez más urgencia. Una propuesta que, sin embargo, -como lo acaba de enfatizar la ministra de Transportes, Paola Tapia- amerita de una visión académica, política y ciudadana, pues puntualizó que gubernamentalmente están viendo a las ciudades de forma unificada, en el sentido de cómo mejorar los desplazamientos de las personas y la integración de los diferentes modos de transporte. Análisis comprometido, que el alcalde Gevoy Paredes -partidario del sistema restrictivo- anhela emita prontos sus resultados, para, así, adoptar una oportuna y decisiva resolución frente al grave colapso vial que cada día padecen los puertomontinos. Lo que significa que las obras de conectividad urbana en avance y en plan, también deben acelerar su marcha a la concreción.