Caso escultura Licarayén
En relación con la nota publicada en vuestro medio, respecto de la escultura Licarayén y su posible retiro de la costanera del lago Llanquihue en Puerto Varas, por el escultor Jaime López, y donde se individualiza a Carnaval del Sur, nos parece necesario precisar lo siguiente:
Licarayén es el resultado de una iniciativa de Agrupación Cultural Carnaval del Sur y Fundación Carnaval del Sur, en su primera versión del evento Carnaval del Sur 2014, donde tuvo como tema central la mitología del sur, donde se invitó al artista veneciano Stefano Perocco, para construir una falla (escultura en cartapesta tradicionalmente reconocida en los carnavales europeos), donde el personaje escogido fue la fiura, personaje mitológico chileno que representa lo malo del pueblo.
Stefano Perocco construyó la fiura con todo lo necesario, lo que fue cubierto por Carnaval del Sur, con el apoyo de artistas que voluntariamente apoyaron para dar vida a la falla. La obra se pensó originalmente para ser quemada en el mismo lago Llanquihue y con ello simbolizar la destrucción de lo negativo del pueblo, dando paso a lo bueno en la comunidad. Sin embargo, luego de tener la fiura lista, se pensó en conjunto con el equipo del taller municipal de Puerto Varas que intervino en el proceso, que quemarla en el lago implicaba contaminar. Por eso, se determinó hacer esta actividad sobre un soporte en la ribera del lugar. Dado que la mitología era el tema central de tal versión, surgió la idea de que el soporte señalado fuese una imagen de Licarayén, y que una vez que la fiura fuese quemada quedara a la vista esta última como símbolo representativo de la historia de la Cuenca del Lago. Acordado lo anterior, el señor Jaime López trabajó codo a codo con el equipo del taller municipal de Puerto Varas y construyeron juntos la base para la fiura con la forma de Licarayén. El material utilizado para esto correspondió a desechos del mismo taller municipal que éste había reciclado del gimnasio municipal, utilizándose como insumos para el soporte. Carnaval del Sur no suscribió contrato o convenio alguno con el señor López por esta labor, porque siempre se trató de una colaboración voluntaria para la construcción de la falla. La calidad de "préstamo" de la obra o escultura no existió. Fundación Carnaval del Sur cubrió los gastos de traslado, alimentación y estadía del señor López, para concretar su compromiso voluntario, al igual que el de otros artistas que se sumaron a Carnaval del Sur en su primera versión. Lamentamos que el señor López haga comentarios inexactos sobre la creación de Licarayén, ya que fue generada en una condición originalmente diversa a la que expone y, además, que busque beneficios económicos a estas alturas con sus intervenciones públicas que confunden a la opinión pública y que carecen de toda veracidad. Licarayén nació como el soporte para la fiura que Carnaval del Sur encomendó al artista veneciano Stefano Perocco; construida por el equipo del taller municipal de Puerto Varas de la época, con apoyo voluntario del señor López, en una iniciativa que lideró Carnaval del Sur.
Reiteramos nuestro pesar por la tergiversación del espíritu y funcionalidad original de Licarayén, que Carnaval del Sur entregó como símbolo de altruismo; siendo ésta el primer legado de nuestro trabajo como Agrupación y Fundación, instrumento de la puesta en valor de nuestra cultura, para el resguardo de nuestra identidad regional. Al que se suman acciones como la decoración con mosaico de la Escalera Ricke, que hoy constituye uno más de los atractivos turísticos que Puerto Varas ofrece a los visitantes que llegan a la zona y que buscan "los imperdibles" para llevarse consigo la experiencia de lo que somos.
FELIPE ALBERTO JOFRÉ RODRÍGUEZ. Presidente Agrupación Cultural Carnaval del Sur. Asesor Jurídico Fundación Carnaval del Sur.
Grafitis y suciedad
Quien transite por la costanera de Puerto Montt podrá darse cuenta de la inmundicia habida en todos los refugios para peatones existentes en toda su extensión, los cuales, además de rayados, están cubiertos de papeles con propaganda. Lo que sucede en este sector no es exclusividad de él, pues si se recorre la ciudad podrá notarse que esta situación se repite en toda ella, con el agravante de muchos de ellos están destrozados. Un ejemplo de este vandalismo son los refugios que, a petición de la comunidad, está instalando la Municipalidad, los que aún no se terminan de instalar cuando ya están siendo rayados. Se me ocurre que una buena medida sería que nuestras autoridades dictaran la prohibición del uso de grafitis y yendo un poco mas lejos, conseguir que los establecimientos comerciales que vendan estos productos, lo hagan a personas mayores y previa identificación y dirección (a pesar que para muchos sería atentar contra el arte y los DD.HH.); pero, de esta manera, tendríamos una ciudad más limpia. Claro que para que esa prohibición surtiera efecto, debería ir acompañada de drásticas sanciones para los infractores.
ALDO FORNO BAS.