Con más de 60 años de trayectoria y una carrera que lo han llevado a trabajar en importantes publicaciones del extranjero, el fotoperiodista Marcelo Montealegre regresa hoy a su natal Puerto Montt, para contar sobre su vida y experiencias en el Diego Rivera.

El ahora radicado en Nueva York, realizará este encuentro gratuito, a partir de las 18.30 horas en la sala Mafalda Mora, con el fin de compartir no solo con quienes se desarrollen en el ámbito de la fotografía, sino también con aquellos quieren conocer algo más sobre uno de los personajes chilenos que ha hecho historia fuera del país.

Autor de retratos de estrellas del arte y la música, Montealegre ha realizado trabajos de periodismo documental, comercial y de derechos humanos, que le han permitido recorrer varios países de centro y Sudamérica, como también de Europa y África.

Nacido en 1936 en Puerto Montt, Marcelo Montealegre se ha desarrollado como fotógrafo independiente desde la década del 50, en medios como Revista Ercilla, Editorial Zig-Zag, El Clarín de Buenos Aires, Life en español, The Houston Post, Newsweek, Der Spieguel, y Cruzeiro, entre otras publicaciones internacionales.

En 1967 se fue a Nueva York, para recibir entrenamiento de corresponsal.

Tras este primer viaje volvió a Estados Unidos en 1968, para cubrir la elección del Presidente Richard Nixon. Desde entonces, esta ciudad le siguió sus pasos, acogiéndolo hasta el presente.

Su gran colección de imágenes de Chile y Estados Unidos, ha generado un panorama cultural de amplio interés histórico, el que lo llevó a publicar el libro "No me olvido: Chile 1954-1968", en el que recopila imágenes del Chile de esa época.

Con más de 20 mil asistentes contó la sexta versión del Sentados Frente al Mar, festival que desde su creación marca un hito en las actividades de la ciudad.

Con 144 artistas en escena, a los que se sumaron 23 locales, el escenario del Arena tuvo un desfile de música, baile y emoción, que hizo corear desde temas rancheros a baladas románticas, pero también mover el cuerpo al ritmo de sonidos latinoamericanos y tropicales.

Para la organización del evento, el balance es completamente positivo, ya que aparte de contar con una alta convocatoria, se lograron resultados en otras áreas.

"Luego de esta sexta versión, me parece que la propuesta del alcalde de realizar una fiesta de esta envergadura, esta plenamente justificada por el impacto, por la cobertura y la asistencia de personas", dice Marcelo Utreras, director de ejecutivo de la Corporación Cultural de Puerto Montt, principal ente organizador del evento.

"Buena parte del trabajo de la corporación es promocionar a artistas locales, y con los 23 que estuvieron, hubo una presentación nutrida y bien recibida por la gente, pero también formamos audiencias, y eso quedó absolutamente claro. Programar espectáculos artísticos es bastante más que agrupar artistas. Aquí existió una línea editorial que marcó cada una de las noches, en donde cada uno de los artistas hizo una propuesta distinta", explica Utreras.

El festival se originó en 2013, creándose en respuesta a la necesidad de brindar espectáculo y entretención a los puertomontinos y a sus visitantes, siendo un atractivo de relevancia durante la época estival.

En esta edición 2018, el evento contó con íconos de la música actual en distintos géneros, como lo son la ranchera, el tropical, la latinoamericana y la romántica.

Luego de dos intensas semanas con actividades, la temporada número 50 de las Semanas Musicales llegó a su fin. Con 19 conciertos de extensión, otros 20 entre los de mediodía y los vespertinos, además de cuatro especiales, se completó el programa 2018, que también sumó clases magistrales y encuentros culturales, permitiendo llegar a la audiencia de diferentes maneras.

Ayer, la Orquesta y Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, fueron los encargados de hacer el cierre de estas bodas de oro, en las que asistieron, en total, más de 20 mil personas a lo largo del país, especialmente en Frutillar.

Es por ello que con estos resultados, desde la organización del evento evaluaron de forma positiva esta versión, en la que se consolidaron acuerdos como el de la corporación con la FACh, el que sirvió para proyectar el encuentro con miras a los próximos 50 años.

"Realmente ha sido una fiesta de la música inolvidable. Tuvimos la participación de cinco de las agrupaciones más importantes a nivel nacional, como son la Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea de Chile, la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago, la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de Chile, la Orquesta de Cámara de Chile y quienes hoy (ayer) nos acompañan; la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Chile", destacó Harriet Eeles, presidenta de la corporación Semanas Musicales.

Con ello también distinguió las 10 presentaciones de cámara -recitales de solistas- que hubo durante la temporada, las que calificó como "una revelación", debido al alto nivel de los artistas.

Asistencia

"En total, son más de 700 músicos y coristas que fueron parte del evento", detalló la encargada.

Por otro lado, Eeles se refirió al desarrollo de los encuentros culturales, donde también se contó con una alta convocatoria. "Hicimos una gran cantidad de actividades anexos y complementarios que atrajeron a muchas personas, como fueron los conversatorios, sesiones de baño de Gong y exposiciones", contó la inglesa.

"El público fue muy entusiasta". "Hemos calculado más de 10 mil personas en los espectáculos vespertinos, más de 2 mil en los de mediodía y más de 6 mil en los conciertos de extensión que hemos realizado en cuatro regiones del país", concluyó la cara visible del festival, tras 15 días en que la música se tomó Frutillar.