INVIERNO EN EL NORTE
Llevo un mes y medio viviendo en Holanda. Antes venía y me quedaba varios meses, pero en verano, con luz natural hasta las 11 de la noche y temperaturas con las que me llevo mucho mejor. Pero por primera vez ahora me enfrento al oscuro invierno europeo, ese que hace que este país y una buena parte del continente, sea potencia mundial luciéndose en los actuales JJ.OO. que se desarrollan ahora en Pyeonchang, Corea del Sur. La crianza con el frío bajo cero, la nieve, el hielo y/o el viento son las razones por las cuales Europa tiene una tradición deportiva invernal tan potente, pues los esquís y los patines afilados han sido siempre parte de sus vidas, como lo más normal del mundo. Aunque el cambio climático también ha hecho su parte, pues los adultos me dicen que los inviernos ya no son tan fríos y que las aguas ya no se congelan, como en su niñez, para salir a patinar por diversión.
Como sudamericana, ver deportes de invierno se me hace entretenidísimo por lo distintos que son para las costumbres y realidad climática con las que me crié. Lo más familiar son las disciplinas de nieve, pero convengamos que el esquí es un deporte al que, por lo menos en Chile, sólo un grupo económicamente privilegiado tiene acceso, por lo tanto tampoco es popular. Entonces al final, aunque parece más cercano, igual termina siendo ajeno. Me ha encantado ver en estos primeros días de JJ.OO el salto en esquí y las pruebas en hielo. El patinaje artístico y las carreras de velocidad, son tan entretenidos como apasionantes. De hecho, Holanda es potencia mundial en patinaje de velocidad, con varios multicampeones y medallistas olímpicos históricos. Ahora mismo ya lleva dos oros y cinco medallas en las diversas categorías de este deporte. Verlos correr, con el sonido de los patines deslizándose suave sobre el hielo, tratando de quebrar el tiempo, es hipnotizante. Y educativo. Porque también se aprende un montón viendo las transmisiones. Por suerte, acá tenemos a la cadena Eurosport todo el día con las competencias y las horas se pasan volando.
En Chile no hay canales interesados en transmitir los JJ.OO. de invierno, ni siquiera en diferido. Entiendo que no tienen presupuesto para los derechos, que no es rentable por el horario, las vacaciones y porque no hay un interés masivo, pero si tanto dinero gastan y pierden en programar tonteras, bien podrían intentar algo distinto. Pienso que las necesidades se van creando y que para formar esa cultura deportiva que nos quejamos que no existe, hay que sembrar semillas que toman su tiempo en crecer, por lo tanto les debemos el sacrificio de la espera.
Cecilia Lagos