Puerto Montt y El Llanquihue -dos vidas y un solo destino- están, de partida, unidos por un mismo día de nacimiento: un 12 de febrero. De 1853, nuestra ciudad; de 1885, este matutino. Y fundidos en una sola consigna de superación y desarrollo, por el bienestar de todos.
Con la pujanza de sus autoridades y pobladores, entre ellos colonos germanos y españoles, comunidades originarias, Melipulli progresaba lentamente. Refulgía la voluntad emprendedora, la perseverancia heroica, pero faltaba la luz guía estimulante y visionaria de mejores horizontes. Ese faro orientador desde la palabra impresa, en que se convertiría, al paso de 32 años de la fundación del pueblo, nuestro Diario El Llanquihue. Desde antaño, ahora y siempre, el más fiel compañero y leal defensor de Puerto Montt. En la carencia y prosperidad.
Ambos -ciudad y rotativo- marcharon unidos y ganando una a una las batallas por el progreso. Mientras la ciudad crecía en habitantes y en adelantos, nuestro Diario se esforzaba también por renovarse y con mucho sacrificio llegaba al venturoso porvenir actual.
Así, El Llanquihue, en estos 133 de los 165 años de Puerto Montt, ha sido testigo y palanca en el desarrollo material y cultural de la región. Y las cruzadas periodísticas se han hecho sentir en la llegada del ferrocarril, la implementación portuaria, la habilitación del aeropuerto El Tepual, el Hospital Regional, la carretera Panamericana, el avance turístico de Angelmó, el desarrollo universitario, las mejoras poblacionales, la modernización de la conectividad, un estadio digno como el de Chinquihue y tantas otros impulsos comprometidos con los anhelos de la gente en materia cultural, de educación, salud, seguridad y deportes, entre otros.
Y cada vez que la desgracia golpeó a Puerto Montt, como el terremoto de 1960, el primero -a pesar de sus heridas- en informar del desastre, en levantar los ánimos y empujar a superarse, fue El Llanquihue y su noble personal.
Hoy, ambos -siempre en mancomunión- enfrentan los desafíos del futuro, confiados en esa fuerza.