La puerta del Segundo Básico C de la Escuela Kimun Lawal, exhibe una imagen poco usual en la educación pública chilena. Una fotografía de cada uno de los alumnos del curso, pegada en el acceso a su sala los esperó en su regreso a clases.

"La idea es que cada uno de los estudiantes tenga un alto sentido de pertenencia a su curso y su escuela, que sientan que esta es como su familia ", cuenta la profesora jefe, Edith Trujillo.

La medida es parte de la metodología educativa de la Escuela Nueva de Colombia.

El sistema fue creado en el país cafetero para potenciar el trabajo en territorios vulnerables, muchas veces azotados por la guerrilla, y que desde hace algunos años se está implementando en cuatro escuelas municipales de Alerce. La meta es alcanzar un aprendizaje colaborativo centrado en el que aprende, que ya ha arrojado sus primeros resultados.

Edith, junto a una decena de profesores puertomontinos, visitó escuelas colombianas en una gira técnica desarrollada en noviembre. Lo aprehendido es lo que hoy están replicando en sus aulas.

Hoy los primeros y segundos básicos de la Escuela Kimun Lawal, sumados a los de la Escuela Rural de Alerce, y a los del Colegio Los Alerces, trabajan con el sistema que incluso plantea una distribución diferente en la sala de clases, reuniendo a los niños en equipos (identificados en algunos casos con nombres de países latinoamericanos), fortaleciendo sus liderazgos.

"Comenzamos esta semana a organizar el gobierno estudiantil, que fue un elemento que vivenciamos en las escuelas que visitamos en Colombia. Consiste en un gobierno donde los niños participan en elecciones, y se eligen comités de acuerdo a la necesidad de cada sala. Se reúnen en comités de bienestar, de estudios, de medio ambiente, de convivencia. Esto nos permite fortalecer la participación", cuenta la profesora Elizabeth Vargas.

Los alumnos, que el año pasado experimentaron el sistema, incluso estaban atentos al regreso a clases. "Varias mamás preguntaban por WhatsApp, porque los niños querían volver. El día que llegaron los recibimos de forma diferente, con música y los esperamos en la puerta", cuenta la docente.

Para lograr el ambiente ideal del aula, decorada con una serie de materiales educativo en las paredes, las profesoras dejaron de lado sus vacaciones y durante las dos últimas semanas de febrero se preocuparon de que el espacio sea más llamativo para sus estudiantes.

"La idea es que los niños sean felices en su escuela. Que para ellos venir a aprender sea un agrado", explica.

Los resultados

El aumento de la matrícula es uno de los efectos que se ha podido apreciar tras la implementación de la Escuela Nueva Colombiana.

Mientras los otros cursos del plantel alercino perdieron estudiantes, los primeros y segundos básicos incrementaron su matrícula.

Rodrigo Barrientos, inspector general de la Kimun Lawal, y precursor del sistema educativo, explicó que "perdimos un curso completo si sumamos los otros niveles, pero en los que hemos implementado la Nueva Escuela, ganamos nueve estudiantes".

Otros beneficios son un incremento de la asistencia, una mejora de la convivencia escolar, y un aumento del rendimiento académico en 1,3 puntos. También, hay un descenso de la repitencia de 9 estudiantes hasta antes de la implementación, a sólo uno el año pasado.

"Esto nos está demostrando que este proyecto nos está dando resultados en la dirección que nosotros queremos, que es mejorar la calidad de la educación", sostuvo.

Manuel Rocha, director del establecimiento, ya planifica los pasos siguientes en la implementación del sistema que promueve el aprendizaje activo, participativo y colaborativo, y el fortalecimiento de la relación entre la escuela y la comunidad.

"La idea es que a medida que los niños crezcan, aumentemos los cursos que trabajan con el sistema. En otras palabras, cuando los estudiantes que hoy están en segundo básico pasen a tercero, continúen aprendiendo de la mano de la Escuela Nueva Colombiana. Para ello se requiere la articulación y el compromiso de más profesores, no sólo de los docentes jefes, sino también de los de las asignaturas", adelantó.

La meta es que de manera progresiva, en ocho años, todos los niveles del plantel trabajen bajo este método.

Con alza en la matrícula municipal se inició el año escolar en Puerto Varas

Destacando la posibilidad que a fines de marzo, el número de estudiantes aumente en relación al año pasado, el departamento Administrativo de Educación Municipal (Daem) de Puerto Varas, inició su año escolar.

La directora del Daem, María Luisa Rivera, valoró las ganas con que llegaron los alumnos en este primer día de clases, precisando que espera llegar a fines de marzo con un alza importante en la matrícula de los establecimientos municipales, la que el año pasado llegó a los 3 mil 433 estudiantes.

La directiva apostó por un aumento superior al centenar de estudiantes de aquí a fines de marzo, que refleja la renovada confianza de la comunidad en la enseñanza municipal puertovarina, que ha mejorado el uso de los recursos poniendo como centro a los estudiantes.

Uno de los establecimientos en que más se ha reflejado este aumento de matrícula, es el Colegio Rosita Novaro, que el año pasado contaba 450 estudiantes y actualmente se empina por sobre los 550. Su director, René Portiño, espera finalizar el período con más de 600.

"Hemos aumentado sustancialmente la matrícula, este colegio ha crecido en 100 nuevos alumnos. Sólo hoy se inscribieron seis y creo que antes que se acabe el año vamos a alcanzar alrededor de 600 alumnos, lo cual es extraordinario", dijo.

Junto con el inicio de año escolar, la directora del Daem puertovarino anunció que se inició el proceso para sustituir directores en cuatro establecimientos municipales.

Para ello, se llamará a concurso a través del sistema de Alta Dirección Pública.

Con una misa realizada a las 19 horas de ayer en la Marina de Puerto Varas, se recordó al empresario chileno-argentino Andrés Waeger Biava, quien falleció el domingo en un accidente de tránsito en las afueras de la ciudad de Mendoza, Argentina.

La repentina partida del hombre de negocios, de 51 años de edad, caló hondo en la zona donde mantenía fuertes lazos. En lo social, era socio del Club de Yates Surazo y estaba radicado en la ciudad lacustre.

En el ámbito empresarial fue hasta su muerte el gerente general y socio del grupo automotriz Servimaq, y socio de Salinas & Waeger.

No solamente era un destacado empresario de rubros como el automotor o el de los insumos agrícolas, sino que también era un aficionado al deporte, habiendo participado de competencias como la Conquista al Volcán Osorno.